Diario de León

«Soy muy visceral, lo doy todo»

Alicia Senovilla. Presentadora de televisión | Dicharachera, espontánea y tan natural como la vida misma, la presentadora de «La Buena Onda» afirma que todos tenemos que aprender a querernos tal cual somos, que los morros con silicona le dan gr

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LOLA RAMIREZ | texto
León

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La última vez que vi su programa estaba usted tratando el caso de una mujer que, supuestamente, se inventaba los malos tratos que sufría¿ -Esos casos hay que destaparlos porque perjudican a las mujeres que de verdad sufren malos tratos, y además existen otras mujeres que utilizan el argumento del mal trato para ir en contra de sus parejas. Yo creo que eso es igual de denunciable, se trata de algo muy serio que afecta a la vida de dos personas y que, como en el caso que tratamos en el programa, una de ellas era un niño, el hijo de la mujer que denunciaba el maltrato. -Hoy la televisión está llena de espacios que mezclan la realidad con la ficción: Para el telespectador cada vez es más difícil discernir entre realidad y ficción¿ -Por eso es importante aclarar todas estas situaciones y que se vea cual es la realidad. Para empezar hablamos siempre de violencia de género y, para mí es violencia pura y dura, sin género; lo mismo la puede padecer un hombre que una mujer. -Si el que se inventó aquello de que el cariño verdadero ni se compra ni se vende viera la tele nuestra de cada día, ¿seguiría pensando lo mismo? -Se echaría las manos a la cabeza igual que nos las echamos todos. Con los sentimientos no se puede jugar, uno se enamora cuando menos lo espera y yo creo que hay que aprovechar el momento y disfrutar, pero los sobornos, el terrorismo sicológico como yo digo, que surge en este tipo de relaciones, que ni contigo ni sin ti, te quiero pero sólo te quiero para mí y la maté porque era mía, pues es tremendo. -Esperando un bebé, en Buena Onda y haciendo periodismo de investigación. ¿Qué más se puede pedir? -Yo siempre digo aquello de: ¡Virgencita, que me quede como estoy! Me puedo dar con un canto en los dientes; trabajo en lo que me gusta, no tengo problemas en mi casa ni con mi niña y llevo fenomenal el embarazo¿ -Hablando de casa y tele. ¿En la suya, ¿quién manda en el zapping? -Mi hija que tiene dos años y medio. Es que con una niña tan chiquitita es imposible ver la televisión hasta que se ha dormido. Quiere ver los lunnis, quiere ver Bambi, quiere ver Blancanieves y aunque no le presta demasiada atención a la tele hay que estar a su lado. -Pero la nena se irá a la cama a una hora prudente¿ ¿Y después, qué? -La nena se va a las nueve a la cama. Y después mi marido y yo decidimos al alimón qué hay que ver. -¿Tan bien avenidos son? -Pues sí. Además solemos tener los mismos gustos. Tal día esa serie, tal día otra. Vamos a ver, a mí el fútbol no me gusta, y él no es un futbolero de esos de todos los días pegado al televisor, pero si hay un Real Madrid-Barcelona, o la copa o la Recopa, yo soy la que le anima a que lo vea y mientras me dedico a jugar con mi hija. Pero no, no solemos tener problemas a la hora de manejar el mando de la tele. -Dígame la verdad, ¿Cuándo fue la última vez que un chico sin abrir la boca le dejó pensando? -¡Ozu¡ ¡Yo qué sé¡ Esa pregunta es de nota¿ Yo creo que fue la última vez que me echaron un piropo en una obra. Me dijeron: «Mira, una como esa quiere mi madre para mí». Y la que se quedó muda fui yo, claro, no podía ni mirar para el andamio. -Sincérese, ¿sus excesos son más bien del cuerpo o del alma? -Mis excesos son más bien del alma que del cuerpo. Soy muy visceral, lo doy todo por nada, creo que todo el mundo es buena gente. Y así luego pasa lo que pasa. Me llevo unos palos¿ -La moda, la estética y unos cánones establecidos de belleza¿ ¿Alguna de estas cuestiones afecta, somete a Alicia Senovilla? -En ese sentido yo siempre he sido un desastre. No me cuido especialmente; sólo me he subido a una báscula dos veces en mi vida (las dos veces que me quedé embarazada) y, por prescripción facultativa. Y con todo y con eso, me tuvo que regalar mi madre la báscula.

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