Toyota Avensis Diesel, renovación al alza

Las continuas escaladas de potencia en los gasóleos de última generación, habían dejado a Toyota, y a su abanderado Avensis, un tanto descolgados de la lucha por los primeros puestos en las listas de ventas en un segmento donde los turbodiesel son legión (80% del total) y en el que Toyota «sólo» vendía motores de gasolina. La reacción nipona no ha podido ser más contundente: 150 y 177 caballos en un bloque de aluminio multiválvulas para un tetracilíndrico que cubica 2.2 litros. Unidos ambos a nuevas cajas manuales de 6 marchas y, en el caso del 177 CV, con catalizador y filtro de partículas. Más vale tarde... estas dos nuevas versiones mecánicas, que se unen al «pequeño» 2.0 de 116 caballos existente hasta ahora, se sitúan en la cúspide de las propuestas de gasóleo en el escalón de los medios-altos con, además, la impronta tecnológica del empleo del aluminio (mucho más ligero y prestacional que el hierro) y del filtro de partículas. Se anuncia la mayor limpieza mundial de emisiones (NOx y partículas sólidas) para la versión de 177 CV. Ya se sabe que el fabricante gusta de las vanguardistas tecnologías medioambientales, por mucho que ese extremo no sea -todavía- tan «receptivo» para la mayoría de los hipotéticos compradores como el de la potencia... pura y dura. Y como no sólo de potencia vive el motor, la elasticidad, traducida en evidentes recuperaciones desde los regímenes de giro más bajos, es otra de las guindas que ofrecen los nuevos propulsores firmados por Toyota. También la rumorosidad, salvo en frío-frío, es otra de las bondades de las nuevas mecánicas que, sobre todo en la de mayor potencia, convierten al Avensis en todo un escaparate tecnológico del fabricante. Todos los Avensis, incluidas las versiones de gasolina, equipan climatizador, frenos con ABS, nueva airbag y llantas de aleación.