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EL BURJ AL ARAB (DUBAI) EL GRAN HOTEL DE LA TOJA

Un té con siete estrellas Un balneario y un hostal

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León

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|||| El Burj al Arab, el único de siete estrellas del mundo, es a Dubai lo que la Catedral a León. A la puerta esperan dos Rolls Royce, pero los asiduos llegan al hotel en un helicóptero que aterriza en el ultramoderno helipuerto situado, a modo de plato, en la cima del hotel. El establecimiento abrió en 1999. Su construcción duró cinco años, tres para crear la isla sobre la que se alza el edificio -que se sustenta sobre doscientas cincuenta columnas (hundidas cuarenta metros en el fondo del mar)- y dos más para hacer el resto. Tiene forma de vela, 1.400 empleados y 202 habitaciones, todas ellas arropadas por una brigada de mayordomos. Destaca el apartamento de 800 metros cuadrados con sala de cine, 27 teléfonos y ascensor privado... Me cuentan que en las camas caben tres personas y que los jacuzzis tienen un sistema automático de limpieza. El fax que confirma la reserva para el té advierte: « Formal clothes, no jeans » (o sea, bien vestida, no vaqueros). Y los hombres, ni pantalón corto, ni sandalias. Entro con paso firme, que no se note que no soy clienta habitual. Pero no logro controlar la cara de asombro ante esas columnas gigantes de dorado resplandeciente, ante esas alfombras, y esos sillones de suave terciopelo rojo... Me siento a tomar el té ante una gran cristalera. Y llegan los pastelitos en fuentes de plata... El servicio, impecable, al estilo oriental pero combinado con los conceptos occidentales. Ascensor de mareo Ha llegado la hora de subirse a uno de los ascensores panorámicos. Me cuentan que en sus orígenes iban tan rápido que los clientes se desmayaban. Hoy, aún cuesta concentrar la vista en las obras de la palmera de Jumeirah o en las islas de The World que están a la izquierda y en frente del hotel y cuyas dimensiones ya empequeñecen al coloso Burj al Arab. Y qué les voy a contar de los restaurantes. ¿Cuál prefieren? El Al Mahar está en el fondo del mar y se accede a través de un mini-submarino con capacidad para diez personas; o el mirador Al Muntaha, en la cumbre, es decir, a 200 metros de altura... Pero el Burj al Arab, levantado por el arquitecto británico Tom Wright y su equipo pronto va a quedarse pequeño. En dos años, el símbolo de los Emiratos Árabes tendrá que competir con grandes rivales: aparte de las dos palmeras, y de The World, están también en construcción un hotel submarino y el rascacielos más alto del mundo, cuya silueta ya se identifica entre un enjambre de altísimas grúas. Habitaciones a partir de mil euros. www.burj-al-arab.com |||| Es uno de los míticos hoteles de España, honor que comparte con el Hostal de los Reyes Católicos de Santiago de Compostela, que por cierto, es el hotel más antiguo del mundo, fundado en la Edad Media. Pero el Gran Hotel Hesperia de la Toja, al contrario que el viejo hospital de peregrinos, es un ejemplo de establecimiento nacido para el deleite de la nobleza. Su estilo aún conserva el encanto de los grandes balnearios típicos de la Belle Epoque, de aquellos primeros años del siglo XX, en los que los miembros de la clase alta europea acostumbraban a pasar sus veraneos en balnearios de lujo. Pero los tiempos han cambiado y el cliente moderno necesita otro confort. De ahí la reforma que ha sufrido este hotel, que, aunque conserva ese encantador toque decadente, muestra su cara más moderna con conexiones a Internet en todas las habitaciones o programas de salud acordes para modernos enfermos de estrés.