El hombre que inspiró a Lapierre
Gastón Dayanand vivió durante 17 años en uno de los barrios de chabolas más pobres de Calcula, inspirando al escritor francés Dominique Lapierre el personaje de «La ciudad de la alegría». Hoy dirige una siere de proyectos destinados a crear opo
Dominique Lapierre caminaba incesantemente de un extremo a otro de su habitación de hotel en Nueva Delhi ansioso por saber el veredicto acerca de su obra. A las seis horas de haber comenzado la lectura, el hermano Gastón Dayamand se puso de pie, le devolvió el manuscrito y le dijo sonriente que estaba muy bien, que reflejaba de manera fidedigna el espíritu de la gente pobre de Calcuta, y que sólo necesitaba algunas correcciones. Esa misma noche Lapierre envió un telegrama a su editor dándole la buena noticia. Cuatro meses más tarde, incorporadas las sugerencias hechas por Gastón, salió a la venta en Francia La ciudad de la alegría. Libro que vendería más de dos millones de ejemplares en todo el mundo. Hoy, al recordar aquel encuentro, Gastón afirma que le gustó la novela porque no sólo se limita a describir la miseria de los barrios de chabola, sino que además refleja la extraordinaria capacidad de la gente pobre para sobreponerse a la adversidad, para seguir adelante a pesar de todo. De allí el título: La ciudad de la alegría. Lo que sí expresa con rotundidad es que no le gustó la película del mismo nombre. Dirigida por Roland Joffe y protagonizada por Patrick Swayze, la producción de Hollywood le pareció «un filme de gángsters». Para escribir La ciudad de la alegría, Lapierre siguió a Gastón durante varias semanas. Realizó más de 300 horas de entrevistas a los habitantes del barrio. Y hasta pasó una noche en la chabola en la que Gastón vivía. No escatimó ningún esfuerzo en su empeño por transmitir una imagen fiel del lugar. Orígenes suizos Nacido en Suiza, desde joven Gastón soñaba con ir a misionar a América Latina. Sin embargo, cuando terminó el seminario, la congregación a la que pertenecía lo envió a cubrir una vacante a Calcuta. En Pilkana, uno de los barrios de chabolas más multitudinarios de la ciudad, pasó 17 años ayudando a sus vecinos, tratando de organizarlos, brindándoles atención médica. El encuentro con Lapierre significó un punto de inflexión en su vida. Gracias a un porcentaje de los derechos de autor, Gastón pudo comenzar una serie de proyectos en las zonas rurales del estado de Bengala Occidental, para tratar de evitar así que, como Hasari Pal y su familia, los otros protagonistas de La ciudad de la alegría , la gente del campo no tenga más remedio que migrar a las ciudades huyendo del hambre, la violencia, las enfermedades y la falta de oportunidades. Para que finalmente, se vean condenados a terminar sus días en barrios de chabolas.