La reacción al Estatuto: la Plataforma Leonesista
La aprobación por la asamblea de parlamentarios del proyecto de Estatuto de Autonomía de Castilla y León provocó automáticamente la unión de los partidarios de la autonomía leonesa con el objetivo de frenar su aplicación
El 28 de junio de 1980 se reunieron en Salamanca los miembros de la Asamblea de Parlamentarios y Diputaciones de Castilla y León, donde se aprobó una propuesta definitiva de Estatuto de Autonomía que sería entregada al Gobierno de la UCD. Este texto tuvo el apoyo de 139 votos, es decir, de los representantes de la UCD y AP, mientras que se situaron en contra dos representantes del PCE. Por su parte, se abstuvieron los 25 miembros del PSOE y hubo 90 ausencias. El debate de las enmiendas, que fue iniciado por el leonés Andrés Fernández, tuvo como tema principal la cuestión de la capitalidad, que el PSOE reclamaba como compartida: así, Valladolid sería la del Ejecutivo, León la del Legislativo y Burgos la del Judicial. Por su parte, aunque los miembros burgaleses de la UCD defendían la opción de Burgos, la elegida por la mayoría centrista fue la opción de la localidad vallisoletana de Tordesillas. Pero la respuesta leonesa al estatuto castellano-leonés no se hizo esperar. A lo largo del mes de julio de 1981 se realizaron diversas reuniones con el propósito de aglutinar a los partidarios de la autonomía leonesa donde estuvieron representantes de Alianza Popular, Grupo Autonómico Leonés, Partido Regionalista del País Leonés, la asociación Ciudadanos Zamoranos y el Partido del Bierzo. Esta iniciativa pronto fue contestada por el Ministro de Administración Territorial -Rodolfo Martín Villa-, quien aseguró que no tendría fuerza legal, a lo que fue respondido con el argumento de que estos grupos representaban la opinión mostrada mayoritariamente por los leoneses. Asimismo, aseguraban que el proceso autonómico todavía no estaba cerrado, pues había un destacado número de recursos presentados ante los tribunales. Los miembros de AP afirmaban que no les convencían las razones de Estado aducidas, ya que no querían cambiar el centralismo de Madrid por el de Castilla. Sus compañeros del Prepal aducían por su parte que el País Leonés contaba con una historia, una cultura y una economía diferenciadas y los representantes de Ciudadanos Zamoranos insistieron por su parte en que se había pretendido anular la identidad regional en Zamora y Salamanca. El 29 de julio cristalizó la reunión definitiva en la que se firmaron los estatutos por los que se constituyó la Plataforma Leonesista. Su ámbito se extendió a toda España, pero se centraba en la provincia de León, aunque sin perjuicio de que se unieran los demás integrantes del Reino de León. Como representantes de Alianza Popular asistieron José Eguiagaray y José María Suárez, del Grupo Autonómico Leonés su presidente Luis Herrero Rubinat (había sustituido a Jaime Andrés a causa de su dimisión) y del Partido Regionalista del País Leonés Adriano de Paz y Juan Garzo. También formaba parte la asociación Ciudadanos Zamoranos, mientras que el Partido del Bierzo había decidido no incluirse, ya que había exigido que en esa comarca no apareciera ningún distintivo leonés, sólo los comarcales. Las conclusiones que la Plataforma acordó pasaron por poner de manifiesto la incongruencia de las autoridades parlamentarias leonesas respecto al proceso autonómico, realizar un estudio político del Informe Enterría para lo que formaron un Comité de Estudios integrado por miembros de la Plataforma, y, por último, la proyección de la Plataforma Leonesista a todas las comarcas leonesas con el fin de informar de los fines políticos de la misma.