Las estrellas también lloran
Llega la película de Brad Pitt y Angelina Jolie. La actriz y Jennifer Anniston protagonizan el culebrón más seguido por los estadounidenses
TATIANA LÓPEZ | texto Hay quién dice que la sangre de los monarcas es azul, y que las lágrimas de los actores son de mentira. Aún así, nadie ha podido demostrar que la Jennifer Anniston recurriera al colirio cuando a principios de mes estalló en llanto en plena entrevista con Vanity Fair, mientras hablaba de su ruptura matrimonial con Brad Pitt. Meses antes, el mismo magazine publicaba otra entrevista con la supuesta causa de su sufrimiento, la actriz Angelina Jolie. La guerra de portadas, que incluso dio lugar a una encuesta para determinar quien de las dos había posado más sexy, es sólo uno de los capítulos del culebrón que ha divido a la opinión pública norteamericana. A un lado del ring la buena chica de América, Anniston, que contaba con el apoyo de sus amigos, los consejos de su suegra, con quien cenó hace poco según un rotativo yanqui, y el respaldo de los estadounidenses más conservadores. Al otro lado y con peso pluma, Jolie. Una actriz que ha encarnado como nadie la estampa de femme fatale. Todavía resuenan en los mentideros del show bussines sus famosas declaraciones donde aseguraba ser asidua a los romances «de una noche y en hotel». Sin vencedora clara entre el vox populi, Angelina es considerada «más guapa» pero Anniston es «más buena». El único triunfador absoluto del serial es el dólar. Precisamente en millones, 50 para ser exactos, es la recaudación que la película de Jolie y Pitt, Mr and Ms Smith, consiguió recaudar sólo en su primer fin de semana. Una cantidad nada desechable para una producción, en palabras de New York Times: «con un guión lamentable, escenas de acción injustificadas y bastantes meteduras de pata». Pero la curiosidad estadounidense no entiende de críticas, y nadie quería perderse la película en la que, supuestamente, se enamoraron los dos actores. Otro dato que deja constancia de los rentable que son en EE. UU. las desgracias ajenas, son los 250.000 dólares que la revista US Weekly pagó por unas instantáneas en la que se veía a las estrellas compartiendo playa, toalla y niño (concretamente el hijo adoptivo de Jolie, de nombre Maddox). Aún así ninguno de los protagonistas ha querido negar ni desmentir la relación. A falta de Brad otro Pitt, su hermano, proclamaba el romance y aseguraba hace poco que la Jolie ya conoce a la familia. De momento lo único seguro es lo que los propios involucrados han confesado: Jenny que sigue amando a su marido, Brad que no descarta un nuevo matrimonio y Angelina, que se hace la sueca aunque todos sepamos ya que es camboyana, desde que el gobierno de este país decidiera otorgarle la ciudadanía. El gesto del país asiático no es simbólico. La estrella ha prometido donar cinco millones de dólares a Camboya para una reserva natural. De todos es conocida la solidaridad de la artista que acaba de adoptar una niña etíope para aumentar la familia, lo que le ha valido el sobrenombre de «la super mamá». Apodo que seguro que no hace gracia a Anniston, ya que los rumores más insistentes hablaban de que su separación se debía a su negativa a tener hijos. «Cuando un hombre se separa nadie habla de que no quería tener hijos», se defendía la actriz en Vanity. En medio de la guerra el caballero, Brad Pitt, con rubio teñido y carácter solidario desde que se relaciona con Jolie. Mal le ha sentado al actor su nueva faceta comprometida, recorriendo África como misionero, ya que tuvo que ser internado por una meningitis. La cosa quedo en nada, y por ahora no ha trascendido que fuera un «mal de ojo» de su ex. Ella, según los confidenciales, se vengará en otoño, cuando estrene película, -curiosamente llamada La ruptura-, y nuevo look. A saber: más delgada y menos triste.