«Lo mejor sería volver el tiempo atrás cuando no se había lanzado la invasión»
|||| -Uno de los terroristas detenidos por su implicación en los ataques frustrados del 21 de julio ya se encontraba en Roma. Italia tiene desplegado en Irak un contingente de unos tres mil soldados, sólo por debajo de Estados Unidos, el Reino Unido y Corea del Sur. Muchos expertos no consideran correcta la relación existente entre los últimos ataques a ciudades occidentales con la presencia de sus tropas en Irak. Sin embargo, en un comunicado de mediados de julio, la red terrorista Al Qaeda dio a las naciones europeas con tropas desplegadas en el país un ultimátum de un mes para retirar a sus soldados. Parece que la relación del ataque es duro pero innegable. ¿Son determinadas políticas y países un objetivo fijado de antemano? -Habla usted de expertos y yo no soy uno de ellos. Supongo que todas las opiniones son posibles sobre este particular y probablemente todas tengan la misma consistencia. -Robin Cook, ex ministro británico de Exteriores que dimitió en protesta contra la guerra de Irak, recientemente fallecido, firmaba en un artículo en el diario «Evening Standard», que tras la ocupación del país se habían dado «las condiciones idóneas para que Al Qaeda pudiera operar», continuaba afirmando que «la CIA está tan alarmada por las consecuencias que ha advertido de que Irak puede convertirse en un vivero de terroristas exportables a todo el mundo peor aún de lo que fue Afganistán». Aunque los momentos de inestabilidad y continuos atentados no son nada esperanzadores. ¿Cuál tendría que ser el papel de la comunidad internacional y el camino que se debía repensar para recuperar Irak y evitar consecuencias parecidas?. -Mire, como ya le he venido diciendo, yo no soy un analista político. Y todavía más: tampoco lo quiero ser. Pero, por no dejar su pregunta sin respuesta, creo que si hubiera una máquina del tiempo lo mejor sería volverlo atrás hasta aquel momento en que todavía no se había lanzado la invasión contra Irak, para, claro, no lanzarla. -El terrorismo islamista y global se define como una de las pandemias del siglo XXI, junto con las escisiones entre norte-sur, este-occidente. Cuando el Informe de Estudios Internacionales afirmaba que ninguna organización tenía la capacidad de atentar contra el Reino Unido. ¿Por qué se subestima una red que venía, en los últimos veinte años, de cometer 24 atentados contra intereses norteamericanos y occidentales desde Ryad, Nueva York, Kenia, Tanzania, Yemen, Pakistán, Marruecos, Indonesia, Turquía, España, Filipinas?. ¿Estamos ante una guerra mundial de nuevo tipo? -Estoy seguro de que usted, como profesional del periodismo, conoce todo esto mucho mejor que yo. Sí puedo decirle que los atentados de Londres, con ser tan tremendos, hubieran podido tener consecuencias devastadoras de haberse utilizado una cantidad de explosivos mayor. Mi impresión, antes de los atentados, era que la confianza de los ingleses se basaba en el control sobre los explosivos. Creo que no era una impresión equivocada. De hecho los explosivos utilizados para los atentados eran caseros y no demasiado potentes. Lo que los hizo especialmente dañinos fue el lugar angosto, túneles estrechísimos y anticuados, en los que los hicieron estallar. -Atendiendo a realidades como Egipto y Túnez, con regímenes autoritarios, Arabia Saudí, con una estructura totalitaria, o Irán que en la últimas elecciones ha legitimado la presidencia en manos de Mahmud Ahmadineyad, ultraconservador y antiguo integrista. ¿Cómo se plantea el escenario internacional a corto y largo plazo? -Comprenda usted que eso excede con mucho el campo de mi competencia y hasta el de mi curiosidad intelectual más inmediata. Es no obstante halagador que, sin duda por ocupar el puesto que ocupo, me crea usted capaz de tener opiniones fundamentadas sobre temas tan complejos.