Diario de León

Cuando las muletas no ahogan las ganas de bailar Un dúo de danza con el bailarín ruso Mikhail Barishnikov

A pesar de su discapacidad, Nadia Adame se ha forjado una carrera como bailarina llegando a actuar con Barishnikov

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HERNÁN ZIN | texto
León

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Nadia Adame se encontraba en Washington cuando le presentaron al famoso bailarín ruso Mikhail Barishnikov. Lo primero que él le dijo fue: «Vi un vídeo tuyo y la verdad es que bailas muy bien». A lo que ella le respondió: «Gracias, tú también bailas muy bien». Hoy Nadia se ríe al recordar aquella frase. «Le dije eso porque estaba nerviosa, Miha es uno de mis grandes ídolos de mi vida, uno de mis referentes». En los primeros ensayos Barishnikov no se animaba a pedirle que realizara ciertos movimientos, tenía miedo de que se pudiera hacer daño, pero al ver el rendimiento de Nadia progresivamente se fue olvidando de su discapacidad y comenzó a tratarla como a las demás bailarinas. Nadia fue seleccionada por la Fundación Kennedy para actuar junto a Barishnikov en la gala de la ONG Very Special Arts. Fue uno de los momentos más extraordinarios de su carrera, que justificó las innumerables horas de ensayo y los sacrificios que tuvo que hacer para progresar en el mundo de la danza. Como otra bailarina más Su primera oportunidad como bailarina se la dio la profesora Nancy Spanier. Después formó parte de diversas compañías, entre las que se cuenta la prestigiosa Axis Dance Company, e interpretó coreografías de reconocidos directores como Stephen Petronio, Bill T. Jones o Sonya Delwaide. Recientemente ha sido galardonada con el premio Isadora Duncan al mejor dúo junto a Jacques Poulin-Denis. Nadia, que también se dedica a la interpretación, espera que la gente no la juzgue como una artista discapacitada, sino como a cualquier otra bailarina o actriz: por su sensibilidad, sus dotes expresivas y su talento. «No quiero que la muleta sea el concepto. Quiero que la gente me juzgue a mí, como a una persona que trabaja en un escenario. Y acepto que me digan que no les ha gustado, que debo mejorar tal o cual movimiento. Lo que no quiero es pena. La pena no va conmigo», afirma la bailarina.

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