Renault Clio Sport Concept, inspiración deportiva
De la pista a la calle¿ Ni siquiera han salido las modelos de serie y Renault ya ha dado a conocer la versión más drástica de la nueva generación Clio III, que comenzará a venderse este próximo otoño. Eso sí, habrá que esperar hasta el primer s
Difusor aerodinámico trasero con los escapes integrados, volante de auténtico monoplaza achatado en su polo inferior, asientos baquet , poderoso frontal, prominentes aletines, llantas de 18 pulgadas... 182 CV. ¡La locura!. El rombo aprovecha el tirón de la F-1 y propone una drástica interpretación de uno de sus grandes puntales comerciales: el Clio se viste de carreras. Ya se sabe, en los últimos tiempos, lo del rombo con la competición ha acabado por convertirse en toda una declaración de intenciones o, también, de cubrir huecos para que nadie de sus enemigos naturales «pretenda» arrebatarles a los galos de Renault el hueco que con tanto esfuerzo han venido conquistando desde que Fernando Alonso sube, un día sí y otro también, al podio de la máxima especialidad del automovilismo deportivo. Tampoco es la primera vez que el Clio toma aspecto de carrerista , sí que lo son ciertas aplicaciones tecnológicas directamente extrapoladas de la F-1: el tren delantero con pivote independiente y el difusor de aire, auténtica primicia en el segmento de los compactos polivalentes. ¿Qué nos quedará por ver? A buen seguro que bastantes otras aplicaciones en un futuro no tan lejano, habida cuenta que, por mucho que lo nieguen sus detractores, la competición ha venido siendo, para los constructores generalistas, un excelente banco de pruebas cuyas experiencias han pasado a la cadena de montaje. La cuestión es que el tal difusor zaguero, con el que también se solidarizan los escapes, propicia un efecto lapa capaz de pegar materialmente el coche al asfalto, a la vez que canaliza y acelera el flujo de aire, con lo que se evita recurrir al globero alerón posterior hoy estéticamente denostado. Esta aceleración genera una depresión y aspira la corriente de aire hacia abajo en ausencia, insistimos, del alerón. Incluso las salidas escape, a ambos lados de la zaga, se encuentran hábilmente camufladas en los extremos del difusor, es decir, en los canales laterales de las derivas. También los extractores de aire situados en las aletas delanteras cumplen una función aerodinámica consistente en la neutralización de las turbulencias que podrían propiciar un efecto «elevación del morro» con, como cabe suponer, la consiguiente pérdida de adherencia. Del mismo modo contribuyen a mejorar la circulación y evacuación del aire caliente bajo el capó. Incluso la orientación de las rejillas dirige el flujo de aire hacia los flancos del coche, optimizando sus prestaciones. No acaban ahí las cosas. Renault Sport Technologies ha desarrollado un tren delantero con pivote independiente, parcialmente fabricado en aluminio, que confiere al Clio Sport una motricidad y una estabilidad dignas de un auténtico coche de carreras. Eso, por no hablar de las vías: 1,52 metros y el equipamiento, en el tren delantero, de unos discos de freno perforados, dotados de pinzas de 4 pistones de aluminio, firmados por Brembo, y pintados en un espectacular color rojo cuya generosidad de diámetro (330 mm. delante y 280 mm. detrás) ha traído como consecuencia el cambio de 16 a 18 pulgadas en la circunferencia de las llantas. Y la guinda: un tetracilíndrico atmosférico de 2.0 litros (16 válvulas) que entrega 182 CV unido a un cambio manual de 6 velocidades. El interior respira deportividad por los cuatro costados o, por mejor decir, por sus cuatro asientos baquet independientes y con reposacabezas integrados (es de suponer que los traseros no pasen así a la serie), también por los relojes con fondo blanco y modernas grafías, aunque lo más impactante es su pequeño volante, forrado en cuero rojo y gris y con palas de cromo, achatado en su polo inferior para facilitar el acceso al puesto de conducción... se diría un cockpit de F-1. Tampoco se han descuidado aspectos de seguridad activa y pasiva. Hasta 8 airbag, entre los que se cuentan frontales adaptativos y laterales cabeza-tórax, también sistemas de ayuda a la conducción (ESP, ASR y MSR), sensores de estacionamiento traseros, sensor de lluvia, luces automáticas con faros direccionales, la ya conocida tarjeta Renault y, eso también, una herencia por vía directa de su hermano mayor Mégane: palanca del freno de mano «tipo aviación». En fin, que la nueva generación Clio III tiene en el Sport Comcept un excelente embajador de avanzadilla.