El olimpo del Chocolate se encuentra en Castrocontrigo
Quienes definieron al chocolate como la bebida de los dioses, el theobroma, acertaron. Los hermanos Fernández no presumen de ello, pero, seguramente, suministran este producto a los habitantes más golosos del Olimpo, desde Castrocontrigo (León)
No es una suposición exagerada puesto que esta tercera generación de artesanos continúa creando el chocolate Santocildes de manera tradicional, con materias primas de primera calidad procedente de países como Ghana, Costa de Marfil y Ecuador. Su chocolate a la taza, en polvo, con almendras y negro, se vende directamente al público en la cafetería con el mismo nombre que esta familia regenta en el centro del pueblo. Además, el consumidor con un poco de curiosidad verá colmadas todas sus dudas sobre este producto porque José Francisco, uno de los hermanos Fernández, está siempre dispuesto a explicar cómo elaboran tan suculento alimento y mostrar la recoleta fábrica donde, por decisión de sus propietarios, han decidido continuar utilizando buena parte de la maquinaría que heredaron de sus antepasados. Los Fernández conocen que el secreto de un buen chocolate reside en la selección de la materia prima, en la posterior mezcla de los granos del cacao y en el tueste. Esta parte del proceso es esencial y utilizan leña de urz y piñas en el tostado donde se separa la cáscara del fruto sin llegar a quemarlo. A continuación, muelen el grano en un molino de piedras de granito calientes para conseguir la mezcla de los ingredientes hasta fundirlo en el suculento líquido marrón. Un descubrimiento, en todo el proceso es esencial mantener la masa de chocolate a una temperatura concreta. En sus manos, la fruta del cacao se convierte en un manjar que está a la altura de pocos y exquisitos paladares. Y es que los cien por cien cacao, que son además los que menos engordan, resultan a veces un tanto amargos. Pero, ya saben que amor viene de la palabra amargura.