Discotecas y bares tendrán limitadores para controlar su potencia acústica

La Consejería de Medio Ambiente última la redacción de la Ley del Ruido de Castilla y León que tiene como objetivo prevenir, reducir y vigilar la contaminación acústica para evitar y reducir los daños y molestias que de ésta se pudieran derivar para la salud humana, los bienes o el medio ambiente, así como establecer los mecanismos para mejorar la calidad ambiental desde el punto de vista acústico en Castilla y León. Según se recoge en su articulado, la futura normativa obligará a las diputaciones y a los ayuntamientos de más de 20.000 habitantes a establecer la prestación de un servicio de control del ruido, para lo que se tendrán que dotarse de personal con conocimientos especializados de acústica y formar en este campo a policías locales, agentes medioambientales y técnicos. Según ha afirmado el consejero de Medio Ambiente, Carlos Fernández Carriedo, «no se pretende poner en marcha una 'policía del ruido', sino obligar a las distintas administraciones a que cuenten con personal especializado en la materia y a que los miembros de las policías locales asuman que el control de la contaminación acústica también forma parte de sus obligaciones». En este sentido, se establecerá una línea de ayudas destinada a la adquisición del material necesario para el control y vigilancia de los niveles acústicos por parte de dichas administraciones. Control sonoro El texto del anteproyecto de ley fija los objetivos de calidad acústica estableciendo valores límite de inmisión e emisión sonora, así como valores mínimos de aislamiento y acondicionamiento acústico. Además, se establecen los criterios para llevar a cabo mediciones y evaluaciones acústicas definiendo los tipos de áreas acústicas, determinando los índices acústicos, los métodos de evaluación acústica y las características de los equipos de medida. Con el fin de garantizar la calidad de las mediciones de los niveles sonoros se establecen los requisitos que deberán cumplir las llamadas Entidades de Evaluación Acústica que actúen en la comunidad, las cuales deberán ser autorizadas y homologadas por la Consejería de Medio Ambiente y serán las encargadas de realizar las mediciones de niveles sonoros, aislamientos acústicos y vibraciones, así como predicciones de niveles sonoros. En el Título tercero, el texto regula el control acústico en la edificación y de las actividades y los emisores. De esta forma, en los edificios de nueva construcción, que deberán contar con un aislamiento adecuado, tendrán que realizarse estudios acústicos previos a la concesión de la licencia de primera ocupación. Se regulan, además, los requisitos y medidas a cumplir en las obras, equipos y maquinaria, así como otro tipo de actividades como la carga y descarga de mercancías, la recogida de residuos, los receptores de radio y televisión, la tenencia de animales domésticos, las actuaciones en la vía pública, los sistemas de alarma y vigilancia, la emisión musical en el interior de vehículos y el uso de señales acústicas dentro del casco urbano. Entre las novedades que se recogen está la obligación de que discotecas, bares y otras actividades con instalaciones musicales instalen un limitador-controlador de potencia y dispongan de un registro sonográfico en el que se recogerán, como si se tratase de una caja negra, los niveles acústicos de cara a futuras inspecciones, así como de un sistema de verificación que permita detectar posibles manipulaciones. En cuanto al régimen sancionador, el anteproyecto establece la tipificación de las infracciones y las sanciones que podrán ser de carácter económico y llegar hasta el precinto del local para los casos más graves.