Fiat Croma 1.9 JTD de 150 caballos... el «risorgimento»
La renovación, el renacimiento¿ se llama Croma. Fiat vuelve al segmento medio-alto con un Croma tan atrevido como funcional. Grande y familiar, el nuevo Croma «ritorna», más de una década después, con unos novedoso trazos estéticos y una compet
Cada cual atraviesa sus particulares desiertos como mejor puede y hasta es capaz de ver la luz al final de sus túneles... con faros de xenón. También con las pinceladas de Giugiaro y con una generosa berlina, se diría inspirada en estructuras monocuerpo, capaz de proponer nuevas ideas en cuanto a la convivencia interiorista se refiere. Por cierto, en lo de la convivencia habría que contar con los desencuentros entre los italianos de Fiat y los «ameri-germanos» de General Motors, habida cuenta que nuestro protagonista, el resucitado Croma, comparte bastantes componentes (la generosa plataforma del Vectra) de aquella, hoy ya fallida, alianza. Pero, esa... es otra historia. La que hoy nos ocupa se escribe en clave de evidente envergadura exterior (4,76 metros de largo y 1,78 de ancho) que acaba por redundar (2,70 metros de batalla) en un interior tan amplio que los pasajeros de las plazas traseras darán palmas -no digamos los de las delanteras-. Eso, y un maletero «panorámico tabicado» (500 litros) en dos planos, sitúan al Croma en un plano de igualdad, cuando no de superioridad, con la mayoría de sus enemigos naturales... que no son pocos. Especialmente cómodo y de fácil acceso, el Croma juega una de sus mejores bazas en la ausencia de contorsiones a la hora de acceder, o abandonar, su habitáculo; por mucho que, eso también, la postura de conducción no sea -por el grado de inclinación del volante, sólo regulable en altura- «excelente», sí buena, y la ampulosidad de la cajonera-reposabrazos central llegue a penalizar ligeramente las maniobras de la palanca de cambios y del freno de mano. Tampoco nada que no pueda subsanarse con unos pocos kilómetros de «adaptación al medio». Por cierto, una curiosidad: llave de contacto situada en la consola central, entre los dos asientos delanteros, muy al estilo Saab. Donde sí que el Croma convence es en la aplicación mecánica y, en general, en su equilibrado comportamiento dinámico. Nuestra unidad de pruebas, animada por el turbodiesel Multujet de última generación (16 válvulas, rampa común, turbo de geometría variable, intercooler...) y 150 caballos, unido a una caja manual de 6 velocidades, permite cruceros «de escándalo» sin sobresalto alguno, con una aplomada «pisada» y sin apenas inercias que muy bien podrían manifestarse en una carrocería de tan altura (1,60 metros) como la que adorna -y de la que disfrutan sus ocupantes- al nuevo Croma. La clave está en la moderna plataforma, que los fabricantes denominan de «huella grande» y, desde luego, en el compromiso alcanzado por Fiat entre firmeza y confortabilidad de las suspensiones. Los frenos, tan potentes como inasequibles al desaliento, y una dirección electrohidráulica de sólo 2,8 vueltas entre topes, hacen el resto. Lo demás corre a cargo del conductor y, ya se ha dicho, de una excelente mecánica; no sólo por la potencia , también por los 32,6 metros/kilo de par, medidos a 2.000 vueltas, que se traducen en una remarcable elasticidad y, por ende, en unas ajustadas cifras de consumo: alrededor de 7,3 litros por cada centenar de kilómetros, lo que nos permitirá rodar durante 850 kilómetros sin visitar el surtidor. Un nutrido equipamiento y una abultada lista de opciones acaban por redondear el producto. Además de un curioso sistema que evita los desplazamientos hacia atrás en las arrancadas en cuesta, el Croma monta 7 airbag de serie, incluso con el de rodilla para el conductor, y opcionalmente ampliables a nueve con los de cortinilla traseros, control de estabilidad (muy eficaz), sensores de presión de neumáticos y de estacionamiento, faros de xenón, control de crucero, elevalunas en las cuatro ventanillas (las traseras con cortinillas escamoteables), cierre con mando a distancia, etc. Eso sí... ruedecilla de emergencia para el repuesto, ¡dichosas modas!. En suma, un coche con personalidad propia, alto nivel de equipamiento y equilibrada relación precio/prestaciones. Así que, el renacimiento de las grandes berlinas familiares firmadas por Fiat... está servido.