Diario de León

Subaru Forester, renovadas ambiciones

Estética y equipamiento revisados al alza. El «todo-camino» de Subaru recibe también una renovada inyección de potencia con la adopción de motores de gasolina de hasta 230 CV. Su tarifa oscila entre 24.300 y 32.900 euros

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JAVIER FERNÁNDEZ | textos
León

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Pionero en 1998 del hoy emergente segmento SUV y arropado, su fabricante, por los triunfos firmados en el Mundial de Rallys, el nuevo Forester ofrece un renovado aspecto estético que le permitirá seguir gozando del beneplácito de un público tan selecto como minoritario. Motores, equipamiento y seguridad, además de unas breves pinceladas estéticas, son los capítulos en los que Subaru centra la puesta al día del Forester. El nuevo Forester se distingue netamente de su antecesor por la inclusión de nuevos grupos ópticos frontales, también de una nueva parrilla, paragolpes, faros antiniebla, toma de aire, retrovisores incluso y, quizá lo más significativo, la adopción de llantas de 16 y 17 pulgadas. En la trasera los cambios son bastante menos aparentes, sólo un paragolpes más bajo (mayor facilidad de carga) y la moldura pintada en el color de la carrocería evidencian las modificaciones. Otro tanto sucede con el interiorismo, donde el fabricante se conforma con modificar algunos mandos de la consola central, ampliar las dimensiones de la banqueta trasera y cambiar la tapicerías, que ahora son hidrófugas. Donde sí que el nuevo Forester pone su punto de inflexión es en el capítulo mecánico. Los gasolina de cuatro cilindros opuestos («boxer») continúan -nada que objetar- manteniendo la bandera motorística del constructor nipón, lo mismo que la tracción integral y permanente (otra constante en los catálogos de Subaru), aunque reciben ahora una interesante inyección de potencia y prestaciones. El primer de la esta renovada gama mecánica viene de la mano del 2.0 litros, inicialmente de 125 CV, y que sube hasta los 158 CV por mor de la aplicación de un control activo de las válvulas (AVCS) y del doble árbol de levas. Se asocia a una caja manual de 5 velocidades (opcionalmente puede montarse una automática de cuatro) y con la ventaja añadida de montar también una caja reductora, con lo que el Forester puede afrontar con mayores garantías los recorridos todoterreno, por mucho que no se trate de un puro y duro 4x4. La joya de la corona viene a ser un también renovado 2.5 litros, turboalimentado en este caso, que gracias precisamente a esta adopción de soplado , eleva su cota de potencias hasta los 230 CV (una veintena más que la anterior versión). Este motor dispone también del sistema AVCS y del cambio manual de 5 marchas, aunque no de reductora. Eso sí, la versión de cambio automático Sportshift de 4 velocidades tiene modo secuencial y monta control de estabilidad (VDC) una aplicación que no está disponible en el resto de la gama Forester. Subaru mantiene en el Forester su tradicional sistema de tracción integral asimétrica, con diferencial central viscoso que propicia un reparto de par normal del 50/50 en ambos trenes. Una relación de par que cambia según se monte el cambio automático (60/40 se prima la tracción delantera) o el par 45/55 (se prima la propulsión) en el caso del cambio Sportshift. Por lo demás, y como puede suponerse, se ha aumentado la firmeza de las suspensiones para absorber con mayores garantías los incrementos de potencia y se mantienen unos frenos eficaces, aunque no deja de sorprender la curiosidad de los tambores traseros (¿) en la versión menos potente de la gama. No parece lo más adecuado para un coche de casi 1.400 kilos y que roza los 160 caballos de potencia. Entre el equipamiento de serie, caben destacar elementos como los airbag frontales y laterales de cabeza tórax, reposacabezas activos delanteros, radio con CD, climatizador, elevalunas eléctricos en las cuatro ventanillas y el sistema autonivelador, garante de la horizontalidad del vehículo sea cual sea la carga.

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