Diario de León

Brioni, los Ferrari de los trajes a medida

Reyes, sultanes y hombres de negocios de todo el mundo lucen modelos de la firma, entre ellos unos 500 españoles

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SOLEDAD ANTÓN | texto ÓSCAR VÁZQUEZ | fotos
León

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Exclusividad, lujo y prestigio son algunos de los rasgos que definen los trajes de Brioni. La firma italiana es sinónimo de elegancia y sofisticación masculina, si bien no es tan fácil ponerse estas prendas porque no están al alcance de todo el mundo. Apenas 60.000 personas en todo el mundo -alrededor de 500 en España- guardan uno o varios en su armario. La obligada discreción les impide dar nombres de clientes. Sí se sabe que hay reyes, sultanes, hombres de negocios y del espectáculo, jefes de estado, directores de orquesta... Uno de los más famosos es Pierce Brosnan, al menos cada vez que ha tenido que estar al servicio de Su Majestad en el papel de James Bond. Su sustituto, Daniel Craig, también vestirá trajes Brioni, que algunos han bautizado como «los Ferrari de la moda». Entre los políticos, Kofi Annan o Nelson Mandela son algunos sus fieles. Y en el mundo del espectáculo, Luciano Pavarotti. Los comienzos Brioni celebra este año sus primeros sesenta de actividad. Todo empezó en 1945 de la mano de Nazareno Fonticoli y Gaetano Savini, los fundadores de la histórica sastrería romana, todavía hoy activa en Vía Barberini. Eligieron para aquel primer taller el nombre de una isla del Adriático, en la que, en el período de entreguerras, se daba cita la élite italiana, amante del golf, la equitación y el polo. Precisamente la marca elegirá como emblema un practicante de polo. Fonticoli y Savini formaban un tándem perfecto. El primero había aprendido a manejar la aguja y la tijera en Penne, su cuidad natal, de acuerdo con una tradición manual que aún pervive. El segundo tenía grandes dotes de vendedor y buen olfato para los negocios. Pronto, no sólo se consolidaron en casa, sino que dieron el salto a América, donde actores como Clark Gable, Henry Fonda o John Wayne adoptaron enseguida el estilo romano. La clave del éxito, tanto en los inicios como sesenta años después, está en el bespoke, que no sólo significa traje a medida, sino que implica cortado a medida sobre el cliente por un maestro sastre. Aquel puede elegir los detalles más ínfimos, desde el tipo de puntada, hasta el número y forma de los bolsillos internos o el tipo de revestimiento del cuello. Brioni forma a sus propios profesionales. En este momento tiene medio centenar. Lo hace en la Escuela Nazareno Fonticoli. La preparación es tan minuciosa que apenas salen un máximo de quince cada cuatro años. Por eso, sólo los mejores pueden estudiar en ella. Picaresca Es famosa la tradición sartorial de Abruzzo. Verdad o no, cuenta la leyenda que Paolo Tosti, un músico y compositor de la región, cautivó a la reina Victora, que lo convirtió en maestro de canto de la corte inglesa. Tosti enviaba sus viejos trajes, realizados a medida por el mismo sastre de Eduardo VII, a sus hermanos y familiares. Éstos los llevaban a la sastrería de los Caraceni para adaptarlos. Con astucia, Caraceni los desmontaba para descubrir sus secretos. Estaba dando cuerpo a la que sería la escuela de sastres de Abruzzo. El secreto mejor guardado de Brioni son sus precios. Sí especifica que el mínimo para un traje hecho a medida y a mano son 4.000 euros. ¿El máximo? No hay tope.

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