Existen soluciones

|||| El informe concluye afirmando que el uso abusivo que se hace de los recursos hídricos es un grave inconveniente para alcanzar un buen estado ecológico de las aguas continentales. Hasta ahora, la contaminación se minimizaba vertiendo al medio fluvial o marino para librarse de los residuos sin más, lo que ha provocado que muchos ríos apenas lleven caudal varios kilómetros antes de su desembocadura. La dilución de la contaminación se enfrenta a la inexistencia de caudales y, cuando existen, sus aguas proceden de depuradoras o retornos agrícolas, con gran contenido en sustancias tóxicas. Por eso, son imprescindibles políticas que fomenten el ahorro y frenen la demanda hídrica que, además, se agrava con los periodos de sequía que sufre España de forma periódica. Greenpeace considera necesario que administraciones y ciudadanos cambien la visión que tienen del agua, y se pongan en marcha actuaciones que minimicen los vertidos industriales y urbanos, la contaminación agrícola y ganadera. Para evitar el crecimiento incontrolado de la demanda se propone acometer la reforma de las Confederaciones Hidrográficas, limitar el crecimiento urbanístico y agrícola a los recursos hídricos, seleccionar cultivos y sistemas de regadío sostenibles, fomentar la reutilización de aguas residuales para el riego y realizar campañas de educación ambiental que fomenten prácticas sostenibles de consumo.