«¿Franco? ¿Es ese que sale en 'Pasión de Gavilanes', no?»

Para unos es historia, para otros vivencia, para otros recuerdo. Y para otros, un nombre lejano e inocuo que apenas les dice nada concreto. A medida que avanza el ritmo inexorable del tiempo y el paso continuado de las generaciones, la evocación palpable, llena de contenido, de quien fuera «Caudillo de España por la Gracia de Dios» se va difuminando, diluyendo y colocándose en el mismo plano que Viriato, Felipe II o Alfonso XIII. El conocimiento que los niños actuales tienen de Francisco Franco Bahamonde tiene que ser, por fuerza, mucho menor (pero también menos sesgado) del que tienen aquellos para quienes su voz, su imagen y sus consignas fueron pura cotidianeidad durante tantos años. La mayoría de los chavales leoneses de entre 13 y 14 años a los que hemos preguntado contesta con el mismo término unificador y casi aséptico: «Un dictador». En otros casos, la lección bien o mal aprendida, el rumor, lo oído en casa o la pura imaginación ponen el resto. Gracias a Natalia Pueyo que realizó con gran profesionalidad una encuesta entre alumnos de 2º y 3º de Secundaria de diversos institutos de León sabemos que, a la pregunta de ¿Quién era Franco?, Raquel (3º F, Eras) responde: «Yo qué sé, a mí qué me cuentas. Un dictador¿ de España, claro». Ana (3º B, Virgen Blanca) dice escuetamente: «Un dictador», mientras que Sara (2º C, Lancia) especifica: «El dictador de España». Cristina, en cambio (3º E, Eras), da más pistas: «Un hombre bajito, calvito, con voz de pito, barrigudo, que era machista, un sexista y un c¿», y Sandra (3º E, Eras) ofrece la fecha clave: «Un dictador que estuvo en España hasta el año 1975». Leticia (3º, Legio) se deja llevar por el tirón televisivo de una conocida serie: «Oh!, es el de Pasión de Gavilanes , ¿no?», mientras que otra Leticia (3º E, Eras) especifica: «Que yo sepa fue un dictador, yo no tengo el gusto de haberlo conocido y, por lo que dicen, era un machista¿ que no había derecho, vaya». Víctor (3º E, Eras) es críptico: «Franco era el primo de Clemente, entrenando ahí al Bilbao», y Grecia (3º C, Eras) no tiene reparo alguno en asegurar que era «un gilipollas que hacía pantanos». Para Verónica (3º C, Eras), Franco era «un dictador que intentaba hacer la vida imposible a todos los que le llevaban la contraria», y Elena (3º E, Eras) se esfuerza en argumentar que se trataba de «un dictador que ganó una guerra civil, que se dedicó a que España no se desarrollara y que, cuando se murió, hubo una semana de luto y la gente no iba a clase. Ah! Y era machista y racista». Otro buen manojo de respuestas representativas del, en ocasiones, cacao mental que tienen los chavales sobre nuestra historia más reciente es el que puede encontrarse en la estupenda Antología del disparate , donde Javier Serrano y Julio Reboredo muestran las respuestas más desternillantes de los alumnos españoles. En el capítulo de Franco, escolares hubo que contestaron cosas como ésta: «Franco se caracterizaba por hablar muy lento y tardar mucho en contestar, lo que desconcertaba mucho a sus enemigos». O también: «Al principio Franco estaba todo convencido de que iba a ganar la posesión de los Estados Unidos y de que iba a ganar la guerra a Filipinas; pero luego se dio cuenta de que Estados Unidos se independizaría y de que perdería la guerra con Filipinas». «Durante la época de Franco -responde otro- el papel que la Iglesia adoptó fue que en esos momentos no se aceptaban los matrimonios asexuales , es decir, sólo se podían casar hombre y mujer».