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BEBER CON LOS SENTIDOS

Castro Ventosa realiza en Leónla cata más espectacular delaño

CUEVAS

Publicado por
León

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|||| Raúl Pérez Pereira encabeza el equipo de las bodegas Castro Ventosa que, como su nombre pregona a los cuatro vientos, son inequívocamente bercianas. Pues bien, por el aquel de diversificar y buscar nuevos caminos, Raúl ha decidido acometer la aventura de inventar un albariño fuera de todos los cánones y huérfano de denominación de origen. El Sketch Albariño 2006 es, según expertos catadores, «un vino blanco sabroso y elegante que sorprende por una particular mineralidad y una final largo de toques herbáceos delicados». Pero lo más curioso del ambarino caldo es que, una vez cautivo en la botella, es hundido en las profundidades azules de la Ría de Arosa, para que le robe al mar todos sus misterios. Dice Raúl que aún no sabe que puede aportarle al vino este viaje al reino de Neptuno, «aún es pronto para conocer la incidencia de la presión marina sobre él, pero ya llegará el momento de conocerlo». Lo cierto que este vino, que se comercializará en los próximos meses, y que esconde su procedencia varietal tras el toque que aportan las barricas en las que duerme, puede convertirse en una de las grandes luminarias de la casa. El Sketch, fue uno de los dieciséis vinos de la bodega que se cataron esta semana en uno de los comedores del Hotel Quindós, completamente abarrotado de profesionales ávidos de conocer las excelencias de los Castro Ventosa. Los caldos fueron presentados en cuatro capítulos, a los que titularon, Desborre, La Caída de la hoja, Maduración y Vendimia. Entre tanta variedad destacamos dos tintos, los Valtuille 2001 y 2003, los dos con un 95% de mencía. En el primero se reúnen todas las cualidades de un vino redondo con el poso de la edad, en el que destaca una elaboración que ha sido capaz de resaltar todos los grandes valores de la variedad y relegar al olvido los efectos agresivos y astringentes de una uva que conserva en lo más íntimo un cierto toque salvaje (dejarlo oxigenar un buen rato antes de degustarlo). En el segundo, aún en periodo de reposo, lo importante es lo mucho que apunta, desde un estupendo color, hasta unas fragancias poco usuales. Para Raúl uno de sus vinos más prometedores es el Cova de la Raposa, procedente de cepas con 102 años de antigüedad, fermentado en barrica abierta de roble francés y criado durante 20 meses en barricas también de roble francés. Aparecerá en el mercado este invierno y presenta una fuerte personalidad que en este momento aún ofrece algún exceso de agresividad que pronto desaparecerá con su estancia en el vidrio. Excelente. Estupendo el Airola Chardonnay de este año, y no tan redondo el Airola Gewüztraminer, de cuerpo demasiado ligero y unos toques dulces poco afortunados. Por su parte el Castro Ventosa Joven, el obrero de la casa, sigue en plena forma y seguirá siendo uno de los vinos bercianos más apreciados a la hora del chateo. Todo un acierto que se mantiene. Rosario es el alma de la familia berciana que impulsa las bodegas, y para ella Raúl se ha inventando un vino amoroso y dulce que se ha convertido en la esmeralda que luce en lo más alto de la corona de esta dinastía vinícola. «Hemos querido hacer un vino que fuese como un retrato de mi tía Rosario y creo que lo hemos conseguido. Ella se lo merece todo, por eso se lo hemos dedicado». Uvas de muscat, pinot gris y gewürztraminer, han sido mezcladas con admirable sabiduría, para conseguir un vino delicadamente dulce e inmensamente frutal que será el gran compañero de muchos postres. La historia escrita de estas bodegas se remonta a 1752, pero no se descarta su actividad en tiempos muchos más remotos y su lema intemporal lo firma Raúl Pérez Pereira: «Sólo la naturaleza y la naturalidad son capaces de hacer que algo tan ambiguo como el vino y la viña en ocasiones adquiera dimensiones metafísicas¿»