Diario de León

Renault Clio 1.6 de 110 caballos, redondeo al alza

Renault acaba de lanzar la motorización más alta en la nueva gama Clio, un gasolina de 110 CV, en carrocería de 3 y 5 puertas y con una tarifa que oscila entre 14.500 y 17.700 euros

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JAVIER FERNÁNDEZ | texto
León

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Aunque el mercado español, sobre todo en los segmentos más populares, se muestra mucho más proclive a la motorizaciones diesel, tampoco el porcentaje de gasolina resulta nada desdeñable. Así, el rombo completa -hasta la fecha- su nueva gama Clio con el tetracilíndrico multiválvulas de 1.6 litros y 110 caballos ya conocido en el Mégane y producido en la factoría de Valladolid, unido, en este caso, al cambio manual de 5 velocidades o al automático secuencial de 4 marchas Proactiva. Grande por fuera (se acerca a los cuatro metros) y confortable por dentro, el nuevo Clio adopta una mecánica que cuenta con el sistema VVT («Variable Valve Timming») desfasador del árbol de levas y que, en la práctica, permite un instantáneo aumento de potencia para obtener una mayor respuesta del acelerador (los adelantamientos, por ejemplo). El istema en cuestión funciona cuando pisamos a fondo el acelerador entre 1.500 y 4.750 vueltas. La progresividad y facilidad de manejo es una de las mejores bazas que juega este motor, junto con unas cotas prestacionales lo suficientemente alegres como para mover con soltura los casi 1.200 kilos de romana de la carrocería de 5 puertas. Así las cosas, con la caja manual acelera de cero a cien en 10,2 segundos, alcanza una punta de 190 por hora y su consumo medio se sitúa en 6,6 litros. Con el cambio Proactiva automático secuencial, el Clio invierte un par de segundos más en acelerar de cero a cien y su consumo alcanza una media de 7,5 litros por cada centenar de kilómetros. Unas diferencias muy poco acusadas si se tienen en cuenta las innegables ventajas de un cambio manual si es que se pretende hacer un uso mayoritariamente urbano del coche al que, por cierto, no le hubiese venido nada mal una sexta marcha en la caja manual; la quinta se queda un poco corta en carretera y, en consecuencia, el motor se muestra un pelín más rumoroso de lo deseable. Por lo demás, y al igual que sucede con sus hermanos de gama, el Clio 1,6 hace gala de un aplomado comportamiento rutero, manteniendo homogéneamente los trazados y, a la vez, transmitiendo a conductor y ocupantes una evidente sensación de seguridad, sobre todo por el buen compromiso del constructor entre firmeza de suspensiones y confortabilidad. Los frenos cumplen bien con su función y la dirección, aún con tener asistencia eléctrica, no acusa tanto esa sensación de blandi que tuvieron las primeras aplicaciones de ese sistema, aunque su tacto sigua siendo susceptible de mejora. La nueva motorización comporta seis posibilidades, resultado de combinar las dos carrocerías (3 y 5 puertas) con los acabados Confort Dynamique y Luxe Privilege, además de la elección entre cambio manual o Proactiva.

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