La bella Ann y la bestia Kong

Nueva York, a comienzos de los años 30. Los años de la depresión arrastran a la miseria a millones de ciudadanos, entre ellos a la actriz Ann Darrow, que, hambrienta, roba una manzana en el mercado. La acción es observada por Calr Denham, director de cine que busca protagonista para su próximo proyecto, un filme de aventuras a rodar en la misteriosa Skull Island, en la que reside una tribu que al parecer guarda el secreto del gorila gigante llamado Kong. Cuando comienza el rodaje, el equipo se ve inmerso repentinamente en una serie de sorprendentes acontecimientos que culminarán con Kong enamorado de Ann y persiguiéndola hasta la mismísima Nueva York. Después del multimillonario éxito económico, de los parabienes de la crítica internacional y de varios Oscars por la trilogía de El señor de los anillos , el neozelandés Peter Jackson regresa al cine en calidad de coguionista, productor y director, para recrear el clásico King Kong filmado en 1933 por dos aventureros convertidos en cineastas, Merian C. Cooper y Ernest B. Schoedsack, que dejaron para la memoria la imagen del inolvidable gorila gigante subido al Empire State para proteger a la mujer del ataque de unos aviones. En 1991, la primitiva King Kong fue incluida en el Registro de Películas Nacionales por el Consejo de Salvaguarda de Películas Nacionales de la Biblioteca del Congreso. Con 200 millones de presupuesto, el nuevo King Kong aspira a convertirse en el gran éxito mundial de estas Navidades. Todo empezó en 1996, cuando Jackson propuso su versión a los directivos de Universal, que le habían financiado su reciente película Agárrame esos fantasmas . Desde que había visto la versión clásica en la televisión de su país con apenas ocho o nueve años, se prometió que algún día la dirigiría. Sin embargo, el estreno de Godzilla y de Mi gran amigo Joe (protagonizada por un gorila), hizo que la multinacional abandonara el proyecto. Jackson se dedicaría a preparar su trilogía sobre Tolkien, hasta convertirse en uno de los cineastas más poderosos e influyentes del mundo gracias a los 3.000 millones de dólares recaudados por la trilogía El señor de los anillos en las pantallas internacionales. Por ese motivo, Universal retomó el proyecto, pero ahora Jackson exigió el conocido 20/20, que en Hollywood significa 20 millones de dólares de salario y el 20% de los beneficios del filme. Recuperó su viejo guión de 1996, revisado ahora por su propia esposa Fran Walsh en colaboración con Philippa Boyens, ambas coguionistas de la trilogía, por la que ganaron tres Oscars. Filmada entre septiembre de 2004 y agosto de 2005, en varias localizaciones de Nueva Zelanda, Tailandia, Los Ángeles y en los estudios Camperdown, propiedad del propio Jackson, para el nuevo King Kong fueron de gran utilidad los efectos digitales de Weta Digital Ltd. y Weta Workshop Ltd., compañías también de su propiedad. Entre las anécdotas de la producción, destaca que el compositor Howard Shore, autor de las tres bandas sonoras de la trilogía, fue despedido por Jackson pocas semanas antes del estreno para ser sustituido por James Newton Howard.