Diario de León

LA ESPERANZA

2005: los desastres naturales causaron 350.000 víctimas El agujero de ozono se reduce

Según la Organización Meteorológica Mundial, los fenómenos meteorológicos extremos y las catástrofes naturales han convertido al año 2005 en uno de los más destructivos de la historia

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M. M. ALLER | texto
León

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El año que acaba de concluir se recordará como uno de los más dramáticos de la historia en lo que se refiere a catástrofes naturales y fenómenos climatológicos extremos. Así se recoge en un informe de la Organización Meteorológica Mundial (OMM) en el que se afirma que, incluyendo el tsunami que afectó al sudeste asiático, en los últimos doce meses se han cerrado con 350.000 víctimas mortales y millones de damnificados (inundaciones, sequías, tormentas tropicales, olas de calor) que tardarán mucho tiempo en volver a sus hogares provocando, además, unas pérdidas económicas estimadas en 170.000 millones de euros. 2005 se ha convertido, además, en el más caluroso de los últimos ejercicios, con una temperatura de 0,75º C superior a la media del periodo 1950-1980 y 0,04º C por encima de la de 1998, hasta ahora el año más cálido. Según el informe de OMM, el calor se ha notado especialmente en África, Brasil, EEUU, China, Atlántico Norte y océano Índico; en Asia se han producido olas de calor muy fuertes; las temperaturas registradas en Australia fueron las más altas del último siglo y en países como Kenia Zimbabue o Mozambique, la sequía se puede cobrar miles de vidas, especialmente niños. El informe destaca situaciones como la sufrida en Malawi donde al menos 5 millones de personas quedaron al borde de la hambruna al sufrir la peor sequía de la última década, o la registrada en el Amazonas donde se han evaporado lagunas completas, se producían incendios forestales y se secaban los cultivos. También se han registrado inundaciones en países como China e India, donde murieron 170 personas y más de 20 millones resultaron afectadas. Las bajas temperaturas y la nieve alcanzaron niveles sin precedentes como sucedió en Tadjikistán donde se acumularon dos metros de nieve en apenas 15 días. Más huracanes y más intensos Junto al efecto destructivo del tsunami ocurrido el 26 de diciembre del año 2004, y del terremoto de Pakistán de 7,6 grados en la escala Ritcher del pasado 8 de octubre, que dejó un rastro de más de 40.000 muertes y más de 2,5 millones de afectados, durante el año 2005 se han registrado 26 tormentas tropicales (superando el record de 1933 en el que se contabilizaron 21), lo que confirma la tendencia alcista de la última década. Estas tormentas se originan en el la cuenca atlántica y responden, según la OMM, a un patrón de carácter cíclico que provoca a su vez una disminución de la actividad en el Pacífico Norte. Ha habido, además, 14 huracanes, la mitad de los cuales alcanzaron la categoría 3 o superior en la escala de Zaffiro-Simpson, que tiene un máximo de 5. Sólo en un mes, los Katrina, Ofelia, Stand y Wilma (el más intenso de la historia), asolaron parte de Centroamérica y el sur de EEUU con vientos de hasta 280 kilómetros por hora dejando tras su paso un rastro de destrucción, miles de muertos (1.300 sólo en el Katrina) y millones de damnificados. Los expertos no se ponen de acuerdo sobre si el calentamiento global es el culpable del incremento del número e intensidad de huracanes y tormentas tropicales. En este sentido, expertos de la Administración Oceánica y Atmosférica de Estados Unidos, afirman que durante el pasado mes de agosto la temperatura del agua en el Golfo de Méjico (una de las zonas afectadas) fue la más alta desde 1980, lo que pudo contribuir a aumentar la intensidad de los huracanes. Para la mayoría de la comunidad científica, la principal causa del calentamiento global son las emisiones de dióxido de carbono que provienen de la quema de combustibles fósiles y otras actividades humanas, siendo los menos los que creen que estos cambios se deben a un ciclo natural de 25-30 años, en el que estamos ahora. Por eso, apuestan porque se revisen los estudios realizados y confían en que en unos años se pueda afirmar o negar si existe una relación. Durante el año 2005 también se registró el nivel más bajo de la capa de hielo del Ártico, situado un 20% por debajo de la media del periodo 1979-2004. Una expedición oceanográfica ruso-estadounidense, compuesta por biólogos, físicos y químicos ha estudiado durante varias semanas la única entrada de agua del Pacífico hacia el Ártico. Los resultados de su investigación tratan de comprender mejor el aumento de la temperatura que está fundiendo el hielo polar. Los investigadores, que han navegado entre masas heladas a bordo del buque científico ruso «Profesor Jromov», recogieron muestras de agua, zooplancton, crustáceos y peces y medido distintos parámetros del agua como velocidad de las corrientes, temperatura o salinidad para comprobar cómo afecta el cambio climático a la vida marina. El dato meteorológico más esperanzador ha sido el agujero de la capa de ozono de la Antártica que empieza a reducirse. Según la OMM, mientras que en el año 2003 llegó a medir 29 millones de kilómetros cuadrados, el año pasado no ha superado los 27, lo que ha llevado el optimismo a la comunidad científica y a afirmar que la destrucción de la capa de ozono se ha detenido como consecuencia de la aplicación del Protocolo de Montreal (prohíbe la fabricación de sustancias que destruyen el ozono). Los modelos de predicción globales apuntan a una recuperación hacia la segunda mitad de siglo (2050-2060) de los niveles de ozono existentes en 1970, aunque no habrá conclusiones definitivas hasta que se observe su evolución durante al menos una década.

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