Renault Mégane, renovación
Actualización estética y motorística, sobre todo en el apartado diesel. Cinco carrocerías y una tarifa que oscila entre 14.150 y 28.900 euros. Renault no quiere perder el tren de uno de sus modelos de bandera
El Mégane, cuyas primeras unidades datan del año 2002 y que cuenta en su haber con más de 2,1 millones de vehículos fabricados desde entonces, se ha venido convirtiendo en todo un auténtico soporte comercial para el rombo que puede presumir de situarlo, año tras año, como líder de su segmento. Ahora, en el cuarto año de vida comercial, el fabricante lo actualiza, estética y técnicamente, haciendo especial hincapié en las mecánicas diesel que, para nadie es un secreto se llevan la mayor parte de las ventas del segmento medio y donde, también se sabe, han aparecido últimamente una pléyade de correosos enemigos naturales. Así las cosas, Renault se ha puesto manos a la obra en una renovada oferta del Mégane que, al primer golpe de vista, se diferencia de la anterior generación por un frontal que estrena nuevos grupos ópticos, nuevas tomas de aire (el rombo se pliega a la moda de la generosa boca ... aunque más discreta que la de alguno de sus oponentes), paragolpes y faros antiniebla. También los pilotos zagueros, en cristal traslúcido, son de nueva factura al igual que el parachoques. El estreno de cuatro diseños de llantas propician un renovado aspecto lateral. En el interior los cambios no son tan acusados, aunque las tapicerías han cambiado y, seguimos con el peaje de la moda, el cuadro de instrumentos cuenta ahora con retroiluminación blanca en sus esferas. En cuanto a las aplicaciones técnico prácticas, la más significativa es la adopción del radar de aproximación zaguero, el navegador Carminat ha optimizado su funcionamiento -más rápido- y con informaciones respecto al tráfico. Y como equipamiento de serie en toda la gama se incluye ahora el control de estabilidad ESP. Nueva son las motorizaciones que propone Renault para su nuevo Mégane: cinco de gasolina (sobradamente conocidas) y cuatro gasóleos, tres renovados y uno completamente nuevo: 2.0 dCi de 150 caballos, una auténtica bomba herencia Laguna con la que el rombo pone el listón ciertamente alto en el segmento de militancia del Mégane. La tal mecánica, que no necesita más de 8,5 segundos para acelerar de cero a cien y cuyo consumo medio se cifra en 5,4 litros, viene asociada a una caja manual de 6 marchas. Además, este dCi 150 CV se vende con las cinco carrocerías del total de gama. En la zona inmediatamente inferior de las ofertas turbodiesel, la versión de 130 CV adopta ahora un filtro de partículas que no necesita mantenimiento (se «regenera» periódicamente) y, también novedad, puede solicitarse con cambio automático Proactiva de 4 relaciones. Por su parte, los dos dCi más bajos de la gama turbodiesel (1.5 litros) pasan a rendir 85 y 105 CV respectivamente; es decir, que ganan cinco caballos respecto a los motores de las anteriores versiones. La oferta de gasolina es la conocida: 1.4 litros (16 válvulas) de 100 CV, el 1.6 (16 válvulas) de 110 CV, el 2.0 (16 válvulas) de 135 CV y el turboalimentado de 165 CV, además del Sport, también con turbo y cuya potencia sube hasta los 225 CV. Renault mantiene las cinco carrocerías habituales de la gama Mégane: Berlina de 3 y 5 puertas, Sedán (tres cuerpos), Grand Tour (familiar) y Coupé Cabriolet (descapotable de techo duro escamoteable), repartidas en tres acabados (Pack, Confort y Luxe) y en cinco ambientes (Authentique, Expression, Dynamique, Privilege y Sport). En total 142 versiones cuya tarifa oscila entre 14.150 y 28.900 euros, con un interesante refuerzo opcional de la seguridad pasiva que viene dado por los airbag laterales traseros (510 euros) y el control de la presión de los neumáticos (200 euros). Por cierto, también se revitaliza el Mégane Super GTI (225 CV) disponible ahora en dos versiones: RS Access (25.550 euros) y RS (28.410 euros). Esta última ofrece llantas de 18 pulgadas, asientos de competición y tarjeta de apertura manos libres.