De las legumbres exóticas

|||| Si a usted le gusta consumir productos leoneses, si usted es amante de las legumbres, irá al supermercado o a la tienda de al lado de su casa y después de comprobar las distintas marcas, comprará uno de los envases en los que figuran rimbombantes edificios monumentales de la provincia, o apellidos ilustres de clara ascendencia leonesa relacionados con la agricultura, que los automatismos de su cerebro identificarán al momento. Hasta este momento todo es correcto, usted se irá para su casa con la seguridad de que la bolsa, que le convierte automáticamente en hombre o mujer anuncio del establecimiento donde adquirió el producto, contiene uno de esos maravillosos productos de León que la Diputación no se cansa de promocionar en ferias y otros saraos gastronómicos. Pues no, la mayoría de las veces usted ha caído en la trampa, y en vez de haber comprado alubias de la Bañeza o garbanzos pico de pardal de la Sobarriba, ha adquirido deliciosas legumbres cultivadas en México, Argentina, Turquía o Egipto, procedencia que figura en letra muy pequeña en el envase, para que nadie la lea. Legumbres que nada tienen que ver con las autóctonas y que muchas veces son de una calidad muy inferior a lo que usted pensaba encontrar al coger el vistoso envase de la policromada estantería del supermercado. Y es que a estas legumbres, a estos productos alimentarios, deberían ponerles otros nombres, La Pampa, Las Pirámides, Garbanzos Aztecas¿ cualquiera que no llevara al comprador a equivocarse, cualquiera que impidiera identificar esos productos con los autóctonos, con los nuestros, con los de León. Todos saldríamos beneficiados, nadie se sentiría estafado y las marcas que ofertan productos de León, de León de verdad, verían acreditado su prestigio, que así, en muchos casos, queda por los sueños.