Diario de León

Peugeot 107, el que faltaba...

Tercero en saltar a la palestra, en el triunvirato de urbanitas «de diseño» (Toyota Aygo y Citroën C1), el Peugeot 107 se lanza al mercado español como escalón de acceso a la marca. Una simpática estética, dos motorizaciones, dos carrocerías y

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JAVIER FERNÁNDEZ | texto
León

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Peugeot ha renovado en un corto espacio de tiempo su catálogo de debutantes . Primero fue el sofisticado 1007 de puertas laterales correderas (Coche del Año en España 2006) y ahora el 107, uno de los integrantes de la terna firmada por PSA con los nipones de Toyota y de la que han nacido, sobre la misma plataforma estructural y con la mayoría de elementos comunes, unos simpáticos vehículos (Aygo, C1 y ahora 107) encuadrados en lo que se ha dado en llamar «urbanitas de diseño», con sobrados argumentos estéticos, y funcionales, como para hacerse un hueco en el corazón de quienes pretendan «algo» distinto a la hora de desenvolverse -es un decir- en el, habitualmente congestionado, tránsito ciudadano de principios del XXI. Tras la desaparición del 106 y a la espera de la llegada (en mayo) del nuevo 207 que, teóricamente, vendrá a cubrir el hueco del actual 206 -si este finalmente se lo permite- los galos de Peugeot habían abierto un hueco... tan profundo, que se prolongó un par de años en el tiempo... y en el espacio. Así que, la tal espera no podía dilatarse más. Eso también. El fabricante adujo siempre que la espera venía dada porque se prefería disponer de la gama completa (sic) para el lanzamiento. Eso... y que el escalón de mercado tampoco es tan importante como para retrasar otros lanzamientos de lado. Sea como fuere... se cerraron los carteles y la terna está completa. Dos carrocerías (3 y 5 puertas), dos acabados (Basic y Urban), dos motorizaciones (un gasolina tricilíndrico de 68 CV y un turbodiesel tetracilíndrico de 54 CV) y una sola imagen estética (simpática y actual) conforman la gama con la que Peugeot rompe plaza de la mano del 107. En escasamente 3,43 metros de longitud, el 107 ofrece capacidad para cuatro ocupantes con, eso sí, un maletero un tanto justo (tampoco la envergadura daba para más) de 139 litros en posición «normal» y con posibilidad de ampliarse hasta los 751 litros si se abaten los respaldos de los asientos posteriores. Eso, y 25 litros suplementarios repartidos en diversos huecos a lo «largo» y «ancho» del habitáculo. Un habitáculo tan funcional como «habitable», sin que lo de la funcionalidad signifique ausencia de elementos al uso. Se diría que el fabricante (los dos consorcios implicados) han hecho malabares, galleando hasta el caballo , para poner a disposición del usuario todo lo humanamente posible en los escasos márgenes que permiten dimensiones... y tarifas. En el capítulo mecánico -a estas alturas no es ningún secreto- Toyota se ha ocupado de la motorización de gasolina y PSA -¡sólo faltaba!- del gasóleo; de forma que el 107 pone -¿alguien lo dudaba?- su punto de inflexión en un cuatro cilindros turboalimentado, con tecnología de rampa común, que cubica 1.4 litros y entrega 54 caballos, unido a una caja manual de 5 velocidades, que, entre otras cosas, puede presumir de 4,1 litros como media ponderada por cada centenar de kilómetros. Y eso, con unas prestaciones nada desdeñables, que permiten a nuestro protagonista, no sólo un excelente uso urbano -su verdadera razón de ser-, también «contenidas» escapadas fuera de los límites de la ciudad. Sobre todo porque, el 107, en la idea de los responsables comerciales de la marca, está fundamentalmente dirigido a un público joven que, amén de no «arredrase» frente a desplazamiento alguno, contará con el añadido de unas interesantes condiciones de financiación: «un 107 por 107 euros al mes»... y sin entrada, como debe ser. El apartado de gasolina, ya se ha dicho, se confía a un tetracilíndrico multiválvulas de un litro y 68 caballos, que puede unirse a una caja manual de 5 marchas o a una automática secuencial (2Tronic) de otras cinco... marchas. Por lo demás, el 107 ofrece, desde el acabado Basic, frenos con ABS y airbag frontales (dos). La terminación Urban ofrece «a mayores», el cuentarrevoluciones (curioso «satélite»), airbag laterales, elevalunas eléctricos, anclaje Isofix en el asiento posterior y, en próximas entregas, la posibilidad opcional del ESP. En suma, un simpático urbanita, muy fácil de usar y que puede convertirse en todo un «referente iniciático» para Peugeot, que espera «colocar» en el mercado español alrededor de 6.500 unidades anuales.

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