El fichero policial con los malos de Europa
Las nuevas formas de delincuencia organizada se persiguen con millones de datos informáticos. Códigos, claves confidenciales, ficheros... Es la Europol, la oficina de inteligencia europea donde los agentes tienen menos poderes que un policía lo
Un laboratorio de drogas ilegales en Bélgica está a punto de ser objeto de una redada. Se detecta un vehículo cercano con matrícula española; los servicios belgas de investigación criminal reciben una llamada urgente desde el lugar del delito y la transmiten a Europol por medio de un correo codificado. En menos de una hora, se ha establecido un vínculo con una operación de lucha contra la mafia en Alemania; los responsables de las investigaciones en Bélgica y Alemania examinan el caso y acuerdan celebrar una reunión conjunta antes de que una u otra parte decidan pasar a la acción. De ahí surge una compleja investigación internacional, realizada en condiciones de máxima confidencialidad, con el fin de no alertar a los sospechosos. Los funcionarios de enlace de Europol con base en La Haya, que representan a todos los países participantes, facilitan el flujo de inteligencia y resuelven los problemas lingüísticos, culturales y legislativos que tan a menudo complican las operaciones transfronterizas. Los analistas de la oficina policial europea se abren paso por grandes cantidades de datos puestos en común, recomiendan nuevas líneas de investigación y presentan resultados perfectamente claros a los equipos de investigación y a los fiscales. Se celebran reuniones en los locales de Europol, en las que participan todos los equipos para coordinar acciones futuras. Siempre en un segundo plano El resultado de todo ello son varias detenciones en cinco países, un laboratorio desmantelado e importantes incautaciones de pastillas de éxtasis, cocaína y dinero en efectivo. Pero las detenciones y todas las intervenciones sobre el terreno son realizadas exclusivamente por la policía y otros cuerpos de seguridad de los países afectados, puesto que Europol carece de autoridad ejecutiva. Casi siempre recibe una mención de pasada en un comunicado de prensa y a continuación pasa a un discreto segundo plano. Sólo es un hipotético caso, pero los pasos seguidos ofrecen una idea de cómo es el trabajo que llevan a cabo en La Haya 590 agentes de toda Europa -26 son españoles- en su lucha contra la delincuencia organizada grave. El ministro del Interior español, el leonés José Antonio Alonso, visitaba esta semana las dependencias de este organismo en la capital administrativa de los Países Bajos. Allí comprometió más dinero y personal para fortalecer esta oficina policial que asumió plenamente sus funciones el 1 de julio de 1999, aunque todavía hoy sigue sin entrar en el marco constitucional de la UE, como ocurre con el Parlamento o la Comisión Europea. «Aquí recibimos información policial, la cotejamos y la analizamos para que cuando se produzca una operación a gran escala haya el mayor número de detenciones posible», explica uno de los agentes españoles que trabaja en la sede de Europol en La Haya. Policías sin capacidad ejecutiva El hecho de que Europol no tenga capacidad ejecutiva, en la práctica significa que sus miembros no pueden efectuar vigilancias, seguimientos, intervenciones telefónicas, etcétera. Todos ellos trabajan con fuentes abiertas y confidenciales que les suministran los cuerpos de seguridad de los países de la UE, por lo que la información que manejan no la generan ellos mismos. Por eso, el análisis operativo es su único arma. Su misión no es otra que intentar ver allí donde los investigadores no pueden llegar por la abundancia de datos y su dispersión. Hay que subrayar que trabajan con investigaciones de 44 servicios policiales y de seguridad de toda Europa, lo que da una idea de la desorganización que puede haber en los ficheros que van llegando a la oficina. A nivel estratégico, el resultado es una panorámica europea imposible de obtener desde una perspectiva nacional, mientras que a nivel operativo se presta ayuda directa a los investigadores. La amalgama del material suministrado por diferentes servicios y países, en condiciones de máxima seguridad, permite identificar vínculos entre los sospechosos y los delitos. Pero si los muros de Europol guardan algo interesante hoy, eso es el informe de evaluación de la amenaza que presentará en el segundo trimestre de este año y en el que se avanzará cuál es el mayor riesgo que correrá Europa en un futuro cercano. Este informe no sólo mira hacia el futuro, sino que establecerá una serie de parámetros, como la motivación y la capacidad, dos factores básicos que definen la amenaza. Los agentes vienen a decir: si a la amenaza le restamos las medidas de seguridad que podamos poner, de ahí se deducirá el riesgo real que hay que asumir. Uno de los mayores compromisos de esta oficina está ligado a la lucha contra el tráfico de estupefacientes. Cada año, los servicios policiales de Europa se incautan de más de seis toneladas de heroína, 60 de cocaína, 700 de derivados del cannabis y más de 25 millones de pastillas de éxtasis. Europol participa permanentemente en el desmantelamiento de estas redes. En este contexto ha creado un sistema de detección precoz de nuevas drogas sintéticas, en colaboración con el Observatorio Europeo de las Drogas y las Toxicomanías, que ha permitido agilizar el intercambio de información entre los estados miembros sobre los nuevos tipos de estupefacientes sintéticos que van llegando al mercado. En las dependencias de La Haya, el laboratorio de narcóticos alberga docenas de marcadores de pastillas incautados en diferentes operaciones y almacenados con el objetivo de cotejar y analizar componentes comunes que puedan derivar en una investigación al más alto nivel. Otra de las principales áreas delictivas en las que se centra Europol es el terrorismo. Casi siempre, sus actividades tienen como objeto respaldar las investigaciones penales de los estados miembros. Tras los ataques terroristas del 11-S, el Consejo decidió intensificar el intercambio de información entre Europol, las autoridades policiales y los servicios de inteligencia, así como crear un grupo operativo de expertos en materia de lucha antiterrorista en el seno de la oficina policial europea. Grupo antiterrorista Este grupo operativo se puso en marcha el 15 de noviembre del 2001 y se disolvió el 31 de diciembre del 2002, fecha en que sus responsabilidades fueron trasferidas a Europol. La inmigración ilegal y la trata de seres humanos es otra de sus luchas. De acuerdo con la información facilitada por los estados miembros, Europol calcula que cada año entran ilegalmente en la UE unas 500.000 personas, de las cuales se cree que alrededor de la mitad ha recibido algún tipo de asistencia de grupos delictivos organizados, ya que se trata de un negocio muy rentable que genera unos 12.000 millones de euros anuales con un riesgo de detección o condena muy bajo. En este sentido, Europol identifica nuevas pautas y tendencias delictivas y recomienda programas y proyectos de trabajo para abordar estos problemas desde el inicio. El trabajo operativo analiza la información disponible en un caso determinado y establece vínculos entre las investigaciones de distintos estados, además de identificar a las redes delictivas y los principales individuos que actúan en varios países. Nuevos delitos «Hasta los años 90, la criminalidad era más bien local. Pero todo esto ha cambiado, de modo que sólo con los medios nacionales poco se puede hacer ya contra las redes de delincuencia organizada», recalca uno de los inspectores españoles de Europol. «Ahora -añade-, la falsificación de moneda se hace por grupos domésticos en Bulgaria o en Italia, pero luego ese dinero se introduce rápidamente en Francia, Alemania o España». Por esta razón, Europol tiene aquí la función fundamental de adoptar todas las medidas policiales necesarias para proteger una de las principales divisas del mundo. En la sede central de esta oficina se encuentra la unidad de falsificación de moneda. «Desde aquí enviamos mensajes de alerta rápida a los estados para informar, por ejemplo, de una nueva falsificación o de las nuevas tendencias de la criminalidad. Después hablamos con expertos para definir cómo afrontar eficazmente un caso». En estos laboratorios, los billetes incautados se analizan a través de potentes ordenadores que miden, por espectros, las cualidades de la tinta o el papel utilizado en los billetes falsos. De este modo, cualquier coincidencia entre dos billetes falsos encontrados en más de un país puede llevar al origen de una banda organizada, algo impensable si la investigación partiera desde las fuerzas y cuerpos de seguridad de un solo estado. Delitos financieros La liberalización de los mercados financieros, el comercio y la circulación de personas y capital ha provocado que la delincuencia organizada haya adquirido un carácter cada vez más transnacional. Según los datos manejados por Europol, el capital blanqueado en todo el mundo oscila entre 500.000 millones y 1,3 billones de euros, lo que representa entre el 2% y el 5% del producto interior bruto mundial. Su trabajo consiste en introducir formas innovadoras de coooperación como, por ejemplo, el desarrollo de una base de datos internacional de transacciones sospechosas y la elaboración de un manual europeo de lucha contra el blanqueo de capitales. Además, prepara un informe sobre la situación de la lucha contra el fraude con tarjetas bancarias en la Unión Europea. El centro de información sobre delitos financieros, que actualmente se gestiona internamente en Europol, ofrece a las autoridades policiales de los estados miembros una biblioteca de información relacionada con asuntos financieros y sobre diversas consideraciones técnicas que afectan a las investigaciones de esta naturaleza. Coches, mucho lucro y poco riesgo En lo que respecta al robo de vehículos, la última gran actividad encomendada a la oficina policial europea, los expertos de Europol destacan que no hay ningún otro delito que resulte tan lucrativo si se tiene en cuenta el carácter reducido del riesgo que se corre. Los datos facilitados por Europol indican que estos grupos de delincuentes se organizan como una gran multinacional. Se calcula que cada año llegan 600.000 coches robados a los países de Europa oriental. En manos de Europol se encuentra la base de datos europea de identificación de vehículos, patrocinada por Alemania y Austria. Este fichero -en Europol todo son ficheros- se trata de un valioso instrumento para las investigaciones, ya que incluye información sobre varios modelos de 18 fabricantes de coches, documentos de matriculación de 40 países y otras indicaciones útiles para la investigación del tráfico de vehículos robados.