Toyota Prius, sugestión ecológica
El coche que aparca solo. Uno de los principales argumentos, junto al ecológico, que esgrime Toyota para potenciar la presencia del Prius en los mercados europeos. La propuesta tiene sus incondicionales, no demasiados, entre otras cosas porque
Puede que no sea la panacea, aunque hay quien sostiene que se acerca mucho. El caso es que los nipones de Toyota parecen firmemente empeñados en que su propuesta híbrida (gasolina-eléctrico) se haga con un hueco -pequeño, de momento- en el corazón de los llamados automovilistas responsables , bueno... Así que, aunque los volúmenes de ventas (alrededor de un millar de unidades «españolas») no justifiquen modificación alguna, el fabricante lanza una renovada versión Prius 2006 al mercado español. Renovación que no afectan tanto al sistema HSD, que permanece invariable, cuanto a la filosofía y equipamiento del modelo, con la guinda -más «comercial» que práctica- del sistema IPA de ayuda (¿) al aparcamiento. Ligeras modificaciones estéticas en la carrocería, mejora de materiales en la realización interior (incluso con posibilidad de elegir tapicería de cuero) y una disminución de la rumorosidad interior; tanta, que «cuesta» saber si realmente el coche está arrancado cuando se circula en modo eléctrico. También los trenes de rodaje se han revisado al alza, y el renovado Prius hace gala de un comportamiento rutero más aplomado -por absorción de irregularidades- que su antecesor. Con estos mimbres, y los cada cual quiera proponerse en su particular filosofía automovilística, Toyota espera progresar en las ventas del Prius, de forma que sus previsiones apuntan hacia la comercialización de 25.000 unidades durante este año en el merado europeo, de las que 1.100 vendrían a parar a manos españolas. Una cosa está meridianamente clara: hay que cambiar de registro para conducir un Prius. Quiere decirse... que nadie busque aquí lo que siempre se llamó «placer de conducir», más bien «placer de ser conducido». El Prius lo llevará a usted sin sobresaltos, también sin emociones y sin ruidos distorsionadores. Con la gestión energética a la vista en pantalla y actuando, aunque tampoco haya necesidad, sobre la minúscula palanca del cambio automático de variador continuo. En suma, un coche «curioso» -por lo distinto- y que se ofrece exclusivamente en una única versión (26.000 euros) a la que pueden añadírsele unas pocas opciones, incluida la más que discutible practicidad del sistema IPA de ayuda al estacionamiento. Por cierto, hablando de ayudas, de las auténticamente prácticas. Sólo Castilla y León (en algo teníamos que liderar, además de en el precio de la vivienda) subvenciona la compra de modelos híbridos, pagando al comprador el 30% de la diferencia entre el modelo homólogo de gasolina y el híbrido; lo que viene a suponer (en números redondos) en torno a 2.000 euros de rebaja. Bueno... que cunda el ejemplo.