Mazda 6 MPS, deportivo cotidiano

No se trata de una berlina drásticamente deportiva, sino de una civilizada propuesta que, eso sí, bebe en las fuentes de lo que el fabricante nipón ha dado en denominar MPS -por «Mazda Performance Series»-, una filosofía de producto que ofrece la posibilidad de conjugar la panacea familiar y deportiva que ha acabado por convertirse en la piedra filosofal automovilística de nuestro tiempo. El caso es que, con respecto a sus demás hermanos de gama, la nueva berlina Mazda 6, trufada en MPS, recibe una mecánica tretracilíndrica turboalimentada de 2,3 litros y 260 CV. Resulta ser la herencia transformada del motor de 160 CV que se monta en el Mazda 6 «normal» sólo que, como fácilmente puede adivinarse, un buen puñado de modificaciones. Se ha montado un árbol de levas de admisión con distribución variable, amén del consiguiente cambio de culata, inyección directa de gasolina (115 bares de presión máxima) y un turbocompresor con intercambiador térmico refrigerado por agua y aceite. Unida, la tal mecánica, a una caja manual de 6 velocidades, muy precisa y rápida en su funcionamiento. Y la guinda. Tracción integral y permanente sobre las cuatro ruedas, con reparto activo del par en función de las condiciones de adherencia. Las cartas de presentación de nuestro protagonista no pueden ser más contundentes: 6,6 segundos en aceleración de cero a cien, 240 por hora de punta (autolimitada) y una media de consumo que supera -por muy poco- la decena de litros por cada centenar de kilómetros. Consecuencia: Mazda lanza, con el 6MPS, la berlina más rápida de su historia. Las soluciones estético-prácticas están en consonancia con la adopción mecánica. Un capó ligeramente elevado en su centro «advierte» de la presencia del intercooler , mientras los abultados paragolpes delantero y trasero, además del ligero faldón en los bajos de caja y un discreto alerón posterior rematando la tapa del maletero, acaban de poner el definitivo énfasis en la carrocería del 6MPS. La doble salida de escape trasera y las llantas de 18 pulgadas redondean el conjunto exterior. En el interior encontramos idéntica continuidad en aplicaciones deportivas: asientos de marcadas formas anatómicas («semi-baquet») tapizados en cuero, consola central en color titanio oscuro, pedales en aluminio perforado, volante de tres radios en piel (como el pomo de la palanca de cambios), control de velocidad de crucero y, por aquello de dar gusto a todos, un equipo de audio Bose con cargador de CD. Varios refuerzos en la carrocería y en el bastidor aumentan la rigidez torsional del 6MPS hasta en un 50% con respecto a las demás versiones de la gama, mientras el equipo de frenos también se ha revisado al alza (discos de mayor tamaño). Se ofrecen de serie 8 airbag y también faros de xenón y antinieblas. En definitiva, una «transformación» que le sienta de maravilla a una berlina que se convierte así en todo un deportivo con, además, excelente relación precio/prestaciones/equipamiento.