Diario de León

Chuleta de potro lechal, el plato más original del Plaza Conde Maridaje de la cocina de la Cava Santa Clara y los vinos Codorniu

El nuevo establecimiento hostelero ha recogido el relevo de la tradicional Casa Morán

CUEVAS

CUEVAS

Publicado por
MARCELINO CUEVAS | texto
León

Creado:

Actualizado:

Casa Morán fue durante muchos años un clásico de la gastronomía leonesa. Al lado de la plaza del Conde Luna, atendiendo desde un local situado en terrenos palaciegos a los comerciantes y clientes de la plaza de Abastos, Morán fue uno de los paraísos de las mollejas, el bacalao al ajo arriero, los callos¿ y, naturalmente, del jamón, la cecina, los lomos o los chorizos, curados con el humo y el poder extraordinario de las heladas que los leoneses sufren en el período invernal, estación que en lo que respecta a la matanza tiene su lado más positivo. Pero llegó el momento de la jubilación y de dar paso a nuevos y emprendedores empresarios hosteleros: José Antonio Ortiz Hurtado y Álvaro Alejandre de la Torre han recogido el testigo y han convertido la antigua taberna en un moderno restaurante que ha mantenido muchas de las viejas señas de identidad del local y al que han bautizado como Restaurante Plaza Conde. En este escenario, Concha y Carmen, las cocineras, se encargan de ofrecer una amplia carta en la que, respetando las tradiciones, ponen su contribución personal para hacer una gastronomía con mucha personalidad y con acertados toques de modernidad. Naturalmente, en este lugar, prácticamente incluido dentro de las fronteras del mítico Barrio Húmedo, no se puede evitar un amplio apartado dedicado al «picoteo», que es en el que más se recuerda la historia de la vieja taberna que aquí se ubicaba. Así, nos encontramos con mollejas guisadas o a la plancha, jamón asado con pimientos, croquetas caseras de jamón, callos picantes, pimientos rellenos con morcilla o bacalao, pulpo a la gallega, rabo y oreja de cerdo¿ o los más actuales, salteado de sepia, gambas y gulas, chipirones en su tinta o calamares a la romana. Aquí no podemos olvidar los huevos rotos con morcilla, picadillo y patatas fritas, una combinación absolutamente tradicional que tiene enorme demanda, ya que, en estos tiempos de prisas y platos precocinados, poca gente se permite prepararlo en casa. En el apartado de ensaladas destacan la de perdiz, con lechuga, uvas, granada, naranja y, naturalmente, perdiz; y la templada de gulas y gambas. Estupendos entrantes son también los revueltos de oricios y berberechos, y ajetes y gambas o las verduras a la plancha. Sucinta es la oferta de pescados, un original bacalao con pisto de verduras, la lubina a la espalda y alguna otra referencia que viene dada por la oferta de las pescaderías de la plaza que están justo enfrente. En las carnes han hecho una apuesta arriesgada ofreciendo chuletones de potro lechal, auténtica carne de los caballos de la montaña leonesa que sorprende por su sabor, una posibilidad de degustar una carne estupenda que en León tiene aún pocos adeptos. También son muy interesantes su lasaña de berenjena con carne, los escalopines de ternera con salsa de queso, la paletilla de cordero al horno, las chuletillas de lechazo o la fabulosa cecina de chivo con guarnición. Sin olvidar los habituales entrecot, chuletón o solomillo, que además ofrecen a buen precio, entre 11 y 12,50 euros. La carta de postres, totalmente caseros, es espectacular, y en ella las cocineras han puesto los cinco sentidos para crear la crema de chocolate blanco, los dátiles rellenos, las brochetas de de frutas y queso fresco al beso, la mousse de queso y limón o el suizo de almendra con natillas, presentados maravillosamente. El Plaza Conde, también es bar, en él se pude desayunar desde primeras horas de la mañana, tomar los vinos del mediodía o la tarde e, incluso, tomar una copa a primeras horas de la madrugada. La carta de vinos es espectacular y sus precios son de los más bajos de la restauración en la capital. Digamos, finalmente, que a partir de ahora sacarán a la calle una estupenda terraza donde podrán degustarse, sobre todo, los platos de picoteo en un lugar tranquilo y pintoresco. Codorniu presentó en la Cava Santa Clara un interesante maridaje entre sus cavas y vinos y las suculentas e imaginativas elaboraciones culinarias de la cocina de la casa. El acto estuvo organizado por la Asociación Leonesa de Sumilleres. Fueron cuatro las elaboraciones de la famosa bodega catalana presentadas en el evento: Vinya Codorniu, un espléndido cava Brut Nature de nueva generación. Raimat Brut Nature, un vino elegante, suave y seco, de marcado corte moderno. Raimat Gran Brut, vino elaborado con las variedades Chardonnay y Pinot Noir con sofisticadas notas de miel y almendras tostadas. Y Pinot Noir, un distinguido cava rosa lleno de frescor y vivacidad. El Raimat Brut Nature fue casado con una Tempura de verdura. El Vinya Codorniu se cató del brazo de una sofisticada Tempura de marisco. Por su parte, el Raimat Gran Brut fue acompañado por una Tartaleta fría de salmón. Y, finalmente, el Codorniu Pinot Nature llegó a los presentes en la cata con una Tosta de paté de pato y queso de cabra elaborado en el Bierzo. Olga Fernández, enóloga de la bodega catalana, fue la encargada de dirigir la cata y de poner de relieve las cualidades de cada uno de los vinos. «Hemos traído a León -explicaba- dos cavas y dos vinos espumosos. Los cavas pertenecen a las nuevas líneas de la bodega, podríamos decir que tienen un toque de modernidad y una fuerte personalidad. Los vinos, por su parte, poseen como nota más destacada la originalidad, están en una línea que últimamente está cosechando muchos adeptos por su frescura, sus aromas florales y sus sabores frutales. Creo que el maridaje propuesto por la Cava Santa Clara ha sido un acierto total». Una fiesta gastronómica en la que se pusieron de relieve la calidad de los cavas y vinos catalanes y la estupenda cocina de la Cava.

tracking