Diario de León

Jeep Commander, aventurero lujoso... siete plazas

Primer modelo de la marca que ofrece tres filas de asientos y siete plazas, el Commander se perfila como el Jeep «más grande» de la historia. Dos potentes motores (diesel 218 CV, gasolina 326 CV) y cambio automático, con una tarifa de 51.350 y

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JAVIER FERNÁNDEZ | texto
León

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Nunca antes el mítico fabricante de 4x4, hoy en la órbita de Daimler Chrysler, se había «atrevido» al alojamiento de siete ocupantes en su habitáculo. El nuevo Commander, que ha comenzado a desembarcar en los concesionarios, sí se atreve... y a todo lujo. Algo de lo que no todos sus enemigos naturales pueden presumir. De aspecto robusto y un cierto toque retro , el Commander viene a recordar, por angulosidades estéticas, a otros modelos que el fabricante lanzara en la década de los ochenta. Derivado del Grand Cherokee, con el que comparte batalla -lo que ya es toda una garantía de habitabilidad interior-, el Commander es ahora más largo y, sobre todo, más alto. Consecuencia: se «respira» una evidente sensación de amplitud en un habitáculo con el sello inconfundible de su fabricante. Aún más, es precisamente esa generosa cota de altura (1,82 metros) la que ha propiciado la instalación de la tercera fila de asientos por la sobreelevación del techo. De forma que las tres filas se han colocado de forma ascendente, con lo que los pasajeros, lejos de verse enclaustrados, gozan de una buena visibilidad que contribuye a la comodidad. El sistema de aire acondicionado exclusivo para la tal tercera fila, incluso con mandos independientes, es otro detalle que sin duda agradecerán también los pasajeros de... allí atrás. Los genes Grand Cherokee influyen positivamente en el desarrollo técnico-práctico del nuevo Commander: chasis, motores, frenos, dirección, cajas de cambio... vienen a demostrar, de nuevo, la mágica herencia de un constructor, Jeep, que siempre se ha dedicado «a esto», de forma que el Commander puede presumir también de un comportamiento dinámico ciertamente interesante, por mucho que su romana supere las dos toneladas, haciendo gala de un buen compromiso asfalto/tierra -tracción Quadra Drive II- dando gusto así a un amplio espectro de potenciales usuarios. Para mover al Commander, Jeep ha elegido unas plantas motrices bien conocidas en sus catálogos: el turbodiesel V6 CRD (origen Mercedes) de 3.0 litros y 218 CV y el gasolina V8 HEMI 5.7 litros de 326 CV, unidos ambos a cajas automáticas de 5 velocidades. Habida cuenta la acusada «dieselización» del segmento en el que milita el Commander, deberá ser la versión CRD la que lleve el mayor trozo de tarta, hasta el 95% de las ventas del Commander, mientras el 5% restante será para la motorización de gasolina. Apuntar en este sentido, que el 3.0 CRD, por mucho que pueda verse algo penalizado por sus 2.315 kilos, cubre perfectamente el expediente; entre otras cosas, por la innegable ayuda del sistema de tracción integral Quadra Drive II («genética» Grand Cherokee) que, gracias a sus tres diferenciales electrónicos de deslizamiento limitado, permite abordar situaciones de puro y duro TT... sólo con que una de las cuatro ruedas disponga de buena tracción. Por lo demás, el equipamiento es tan completo como puede suponerse para el segmento de militancia (ESP, sensor de lluvia, asientos eléctricos y calefactables, climatizador bizona, sensores de aparcamiento, llantas de aluminio, pedales eléctricos con memoria de regulación, techo eléctrico de cristal...) y su tarifa tampoco nada desmesurada a tenor de lo que ofrece. Así que... los incondicionales no se verán defraudados.

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