La Casa de los Botones, una muestra de la cocina leonesa

La Semana Santa fue durante una dilatada época, el momento de estrenar vestidos. Cada año las mujeres leonesas saludaban a la primavera con sus nuevas galas. Para ello las modistas, que confeccionaban la ropa de forma artesanal, pasaban unas jornadas de frenético trabajo. Y en la Casa de los Botones, el número 1 de la calle de las Platerías, había colas para comprar botones, hebillas y adornos para tanto traje. Pero, hay que repetir el tópico, los tiempos cambian, y hoy la ropa se compra ya confeccionada y los botones y demás accesorios los ponen en la fábrica. Por eso se cerró la Casa de los Botones y por eso se abrió allí mismo un típico restaurante, cuyos dueños han tenido el buen gusto de conservar el nombre y el recuerdo de la famosa Casa de los Botones. Aquí se hace la comida tradicional, pero con agradables toques de modernidad. Rubén y Ana se encargan de la cocina y han preparado una carta muy acorde con el lugar que el establecimiento ocupa en pleno barrio Húmedo. En ella destaca la sección de «picoteo», con una larguísima relación en la que figuran la mayoría de los guisos que tanto turistas como indígenas buscan cuando visitan esta zona de la ciudad, pero con algunos toques novedosos. Hacen, por ejemplo, un riquísimo lacón a la gallega, lengua aliñada, puerros de Sahagún a la vinagreta, un original bacalao ahumado con queso philadelfia, las croquetas de la Casa de los Botones, que tienen como tropezones elementos del botillo berciano, o setas a la plancha con queso de Valdeón. Y, claro está, morcilla, picadillo, mollejas, callos, oreja, pulpo¿ y embutidos de la tierra y otros ibéricos. El que busque lo clásico de las tabernas leonesas no quedará defraudado. Especial atención prestan a las ensaladas, entre las que ofrecen la andaluza, con arroz, atún, aceitunas negras, anchoas, pimientos y tomates. La de pasta, con pasta huevo cocido, palitos de mar, atún y salsa rosa. La de quesos, elaborada con lechuga, tomate, queso fresco, queso tierno y pechuga de pavo. Y la que lleva el nombre la casa con escarola, jamón serrano, cecina, ajo y tomate. En los pescados destacan su bacalao Casa de los Botones, las jugosas brochetas de pescado y el salmón a la parrilla, que es otra de sus grandes especialidades. La paletilla y la pierna de lechazo se cocinan al vacío, es decir, envasadas al vacío y con muchas horas de fuego bajísimo, de forma que se hacen muy despacio y en su propio jugo, conservando todos sus sabores. Una interesante aportación de la nueva cocina, tan llena de tecnologías. También es muy recomendable la brocheta de solomillo ibérico, al que únicamente le falta para ser perfecto el acompañamiento de una salsa. Y parrilladas de chorizo, bacon y costillas y fondeu de carne¿ Y para finalizar, en el apartado de dulces sobresalen las espumas de yogur y limón, la mousse de chocolate, las tartas de queso y café y el tiramisú. Todos ellos elaborados en la cocina de la casa. En resumen, unos comedores agradables, buen servicio, y una comida típica con ligeros toques de la imaginación creativa de los cocineros, hacen de la Casa de los Botones un buen lugar para disfrutar de la estupenda gastronomía del barrio Húmedo.