La Biblia Visigótico-Mozárabe, el gran libro de los leoneses
«Lo voy a poner en mi despacho», dijo José Luis Rodríguez Zapatero cuando el Diario de León le hizo entrega de un facsímil de la Biblia de San Isidoro, espectacular libro editado por la Fundación Hullera sobre el original del siglo X
Fue el mejor regalo que el Diario de León pudo hacerle al presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, durante la visita que realizó a su tierra natal, la semana pasada, para felicitar a este periódico por su centenario cumpleaños. Y el facsímil -réplica exacta- de la valiosísima Biblia Visigótico-Mozárabe es el mejor regalo porque es el que con mayor fuerza puede hablarle de la antigüedad de sus paisanos y el empuje de su cultura. Allí donde va despierta el interés y la admiración. Uno de estos facsímiles acaba de estar expuesto en Nueva York, y muchos de ellos han sido adquiridos por las entidades culturales más importantes e influyentes del mundo. Charo Torrente Martínez, responsable de Promoción Editorial de la Fundación Hullera Vasco-Leonesa, nos cuenta la génesis y materialización de este facsímil, fruto de la feliz colaboración entre instituciones. El original está custodiado en la Real Colegiata de San Isidoro y su valor es incalculable. Data del año 960 y tiene la particularidad de conservar todas y cada una de sus páginas. Su importancia histórico-artística es enorme, lo cual, unido a la delicadeza de su estado impedía que investigadores y expertos de todo el mundo pudieran acercarse a él para estudiarlo con detenimiento y libertad. Por ello se decidió hacer una edición facsimilar, y se gestó un consejo editorial formado por diversas entidades leonesas. Bajo los auspicios del abad Antonio Viñayo, el consejo contó con representantes de la Universidad, la Real Colegiata, la Fundación Hullera Vasco-Leonesa y la editorial Lancia. Fruto de la sensibilidad, el acuerdo y la sintonía entre Viñayo y el entonces presidente de La Vasco, Antonio del Valle Menéndez, se concluyó que esta Fundación se encargaría de financiar la edición, así como de su promoción y comercialización. Se montó un espectacular laboratorio de fotomecánica en la propia Colegiata y allí mismo se elaboraron los fotolitos. Por fin, el primero de los facsímiles se presentó en El Albéitar el año 1997. Tendrían que pasar tres años más hasta ver completada la edición, única, de 600 ejemplares. Sin escatimar medios, el consejo editorial supervisó todas y cada una de las etapas: la Biblia se desmontó cuidadosamente (aprovechándose así para ordenar algunas páginas descolocadas) y se llevaron a cabo pruebas y más pruebas hasta dar con la calidad óptima. La encuadernación, realizada a mano, corrió a cargo de un artesano salmantino. El resultado fue espléndido. El facsímil no sólo es un tesoro, también es una notable inversión cuyo precio, muy por debajo del real, es de 9.000 euros.