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Publicado por
J. F. Z. | texto
León

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|||| AMG, el preparador de culto de Mercedes-Benz desde principios de los años setenta, presenta sus últimas novedades. Dos mil doscientos caballos repartidos en cuatro realizaciones para disfrutar de la magia de las estrellas... más fulgurantes: CLS 63, CLK 63 Coupé y Cabriolet, SL 65, S 65 y ML 63... en cartera el R 63. A partir de 96.800 y hasta 225.700 euros. Motores V8 y V12, cambios automáticos secuenciales de 7 marchas, entre 4 y 5 segundos para acelerar de cero a cien y, eso sí, puntas autolimitadas a 250 por hora. Todo ello con romanas que superan ampliamente el par de toneladas y donde ni siquiera se «salva» un SUV (ML) de tracción integral. Mercedes sigue confiando en AMG para continuar manteniendo viva la llama de la ilusión. En un mundo angustiosamente normalizado, donde salirse de la norma criminaliza a los disidentes ... Mercedes-Benz lanza nuevas, y sugestivas, Flechas de Plata... en versión de calle. Es verdad que no solamente hay que atreverse con el bolsillo, también con toda una filosofía de vida automovilística, para ponerse al volante de una estas joyas, devenidas en escaparates tecnológicos para su constructor y en iconos para sus poseedores. Personalización exterior -sin estridencias-, calidad de materiales -tarifas nada contenidas- y, desde luego, prestaciones casi de carreras , caracterizan las transformaciones firmadas por AMG que toman como base los modelos más altos de cada gama en los catálogos de Mercedes. La principal novedad de esta renovada oferta viene dada por el motor V8 de 6.3 litros, íntegramente desarrollado por AMG, que entrega potencias de 481 CV en el CLK y de 510 CV en el ML. En ambos casos se une a una caja automática secuencial 7G-Tronic, también retocada por AMG y que se convierte en una excelente aliada para el ya de por sí elástico motor. El compromiso de la suspensión en CL propicia una singular relación entre deportividad y confortabilidad. Mientras el todo camino ML mantiene la filosofía «propulsión» dado el reparto de par de la tracción integral: 60% sobre el tren posterior y el 40% restante sobre el tren delantero. La suspensión Airmatic de serie consigue paliar los efectos de una generosa romana (2.310 kilos) y de la altura de una ampulosa carrocería. En cuanto al tope de gama motorístico, el V12 biturbo, se monta en el SL 65 y en el buque insignia S 65. Cubica seis litros, rinde 612 CV y la caja de cambios es también automática secuencial, aunque de 5 velocidades en estos dos casos. Aunque el comportamiento del V12 no resulta tan progresivo como el del V8, no le impide parar el cronómetro en torno a los 4 segundos en aceleración de cero a cien para, no se olvide, unos pesos que superan también las dos toneladas. AMG continúa -renueva, incluso- sus ya tradicionales propuestas en la oferta de unas realizaciones «fuera de serie», tanto en lo tecnológico como en lo crematístico, también en sus cotas de consumo. Vehículos que destacan por su exclusividad... en todos los aspectos. En fin, sólo quienes atesoran ilusiones... las conquistan.

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