Mercedes Clase E, más y mejor

Con cuatro años de vida comercial y un millón de unidades matriculadas, Mercedes aborda la reestilización de los Clase E con modificaciones que afectan a un par de millares de piezas, con lo que podemos hablar de todo un nuevo Clase E que, entre otras cosas, ofrece innovaciones de auténtica primicia: sistema de protección preventiva (PreSafe), el nuevo «Intelligent Ligth System», los reposacabezas «Neck-Pro» y la luz de freno adaptativa. Además del paquete «Direct Control», una dirección de desmultiplicación más directa y un también nuevo reglaje para los trenes de rodaje, que propician una mayor agilidad a un coche que mide 4,86 metros y pesa alrededor de 1,8 toneladas. Aunque quizá la mayor novedad haya que buscarla en la sustitución de anterior sistema de frenos electrohidráulico (Sensotronic) por uno convencional, que Mercedes denomina «Adaptative Break» y que, básicamente, resulta ser, y se comporta, como un sistema hidráulico convencional -con ABS y ESP- aunque con funciones añadidas (mayor presión en el circuito, secado periódico de los discos, arranque en cuesta...) a la vez que se adoptan unas luces de freno que parpadean en caso de una frenada de emergencia. La nueva generación de la Clase E se estructura en torno a seis motores (nuevos o perfeccionados) que rinden hasta un 26% más de potencia y cuyo par se eleva también sensiblemente (hasta un 18%) sin que las tales mejoras influyan negativamente sobre la cifra de consumos. El abanico de potencias oscila entre 136 y 514 CV, mientras la generalidad de la nueva gama «E» viene conformada por una treintena de versiones (29 para ser exactos) que se desglosan en dieciséis berlinas y una docena de familiares. En el capítulo motorístico, la gran novedad viene dada por la inyección directa de gasolina en el CLS 350 CGI (292 CV), mientras el V8 que hasta ahora se monta en la Clase S se adoptan también en los E 500 (388 CV). La versión más básica de gasolina (E 200 K) gana una veintena de caballos, hasta alcanzar los 184 CV. Otro tanto sucede con los turbodiesel 200 CDI (136 CV) y 220 CDI (170 CV) que experimentan sustanciales mejoras por mucho que, como siempre, lo más espectacular viene firmado por AMG: 514 CV en la versión E 63, cuyo V8 atmosférico ya lo estrenó Mercedes en otras realizaciones de sus catálogos. No necesita más allá de los 4,5 segundos para acelerar de cero a cien y entrega un par de 64,3 metros/kilo... ¡casi nada!. Exteriormente se mantiene el frontal «cuatro ojos», aunque se adoptan renovados detalles: láminas transparentes en la parte superior de los faros, que crean un juego de luces más atractivo en circulación nocturna. Por primera vez se utilizan diodos luminosos blancos para la luz de posición y, opcionalmente, pueden montarse luces bixenón con función activa (se mueven con la dirección) que mejoran sensiblemente el área de visión. También los faldones laterales y los paragolpes de la versión Avantgarde, se montan ahora en todas las líneas de acabados para subrayar el dinamismo de la reestilizada Clase E. En el interior, se adoptan nuevas tonalidades y, sobre todo, un nuevo volante de cuatro radios con teclas elípticas, así como una nueva unidad de mandos para el climatizador automático (Thermatic), que se monta de serie lo mismo que en la anterior generación «E». En definitiva, que con sólo algunas leves pinceladas estéticas, lo mejor de los nuevos Clase E hay que buscarlo «dentro».