Diario de León

Cocina con raíces leonesas en el Barrio Romántico

La Ruta Jacobea propone un recorrido por los más deliciosos manjares leoneses

CUEVAS

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MARCELINO CUEVAS | texto
León

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José Ordás Noval aprendió los fundamentos de la hostelería en su tierra, en Valdevimbre, y allí, en ese pueblo enmarcado por las grandes extensiones de viñedo de Prieto Picudo, supo desde niño cómo había que hacer las cosas. Después su vida pasó por distintos avatares hasta que hace unos quince años asentó sus reales en León, concretamente en la muy antigua y famosa calle del Cid, a mitad de camino entre San Isidoro y la Catedral. Naturalmente, en ese sitio el nombre de su restaurante no fue objeto de demasiadas cábalas: La Ruta Jacobea. Por estas calles recoletas transitan desde hace muchos siglos los peregrinos santiaguistas y, en los últimos tiempos, por este barrio que se ha dado en llamar Romántico, también deambulan los amantes del buen comer, porque en él hay ubicado un buen número de restaurantes de merecida fama. La Ruta Jacobea no fue de los primeros, pero tampoco de los últimos en situarse en la zona. José Ordás y su esposa, para la que desde este páginas enviamos un cariñoso recuerdo, crearon un restaurante con sabor añejo en el que tuvieron cabida viejas maderas rescatadas de derruidas mansiones rurales. A la sombra fresca del Palacio del Cardenal Lorenzana supieron crear un ambiente cómodo y nostálgico, dotado de gran encanto, en el que el comensal parece encontrase en una época pretérita y en un lugar lleno de encanto. Un servicio esmerado y una cocina tradicional realizada con todo el cariño del mundo completan el cuadro de este singular templo gastronómico leonés. El barrio requiere tener a disposición del público, sobre todo en este tiempo veraniego en el que la terraza del restaurante se llena de hambrientos comensales, una amplia carta de entrantes, o lo que es lo mismo un buen catálogo de elementos especialmente indicados para el «picoteo». Los Pimientos rellenos, el Revuelto marinero de oricios y algas, la Morcilla de León, el Chorizo al vino, las Cebollas rellenas, las Croquetas de la casa, los Puerros de Sahagún o los Boquerones fritos con pimientos de Padrón son algunas de las grandes especialidades de La Ruta Jacobea. Hay otros entrantes para disfrutar con más tranquilidad, como la Sopa de trucha, la Crema de espárragos, las Alcachofas salteadas o una de las más distinguidas especialidades de la casa, la Lombarda con pasas. Si visitan este restaurante, sobre todo en la época estival, no se olviden de echar una ojeada a la sección de ensaladas, las ponen de tomate y mozzarella, de salmón ahumado, de anchoas¿ y de otros muchos ingredientes conjugados con sabrosas salsas. En los pescados que prepara José Ordás se perciben claramente sus raíces leonesas: Trucha leonesa, Congrio al ajo arriero, Bacalao leonés¿ platos contundentes perfectamente enraizados con la mejor tradición gastronómica del viejo reino de León. También tienen la posibilidad de degustar salmón, lubina o dorada, a la plancha o en salsa marinera. La carta de carnes comienza con tres variedades de cordero: guisado, escabechado y en chuletillas. Les recomendamos el escabechado, original, sabroso y muy apropiado para ayudarnos a soportar los rigores estivales. También destacamos su Entrecot al queso de Valdeón y el Entrecot a la pimienta. Para poder meterse con su Chuletón de ternera recomendamos un buen entrenamiento y unos días de ayuno. En los postres, todos caseros, distintas mousses (limón, chocolate, yogur) arroz con leche, natillas y un flan de huevo que se va del mundo. Hay más especialidades interesantes como pueden ser el Morcillo de ternera, las Carrilleras estofadas, las Patatas guisadas con pichones y langostinos, las Alubias pintas guisadas con pato, el Arroz con pollo de corral y almejas... demostración de que el cocinero tiene originalidad y variedad en su oferta gastronómica. Y, además, sus menús del día, que tienen una enorme aceptación, sobre todo durante los días festivos.

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