Un día en la vida de una joven gimnasta campeona
Leyla García Cordero, leonesa de catorce años, es una de las mejores gimnastas de España, pero su condición de ganadora es cosa de familia; sus hermanos Javier y Ainhoa también son campeones, en boxeo él y ella también en gimnasia
Leyla tiene sólo catorce años pero ya lleva más de ocho entrenando como una gimnasta de élite. Y todo esfuerzo tiene su recompensa; ya ha perdido la cuenta de cuantos premios, medallas y trofeos ha conseguido, aunque todo ésto a cambio de entrenar cuatro horas al día. Leyla a veces se cansa un poco porque no puede ir a algunos cumpleaños... Pero es muy constante y trabajadora y seguirá luchando por lo que más le gusta: La gimnasia rítmica. Con tan sólo seis añitos Leyla Cordero García comenzó a entrenar en el colegio (C.P. Las Anejas)por propia decisión. «Empecé a ir a gimnasia rítmica con mi prima y me gustó mucho». En el colegio descubrieron que era muy buena y le aconsejaron que se matriculase en un club especializado porque tenía muy buenas cualidades. Así, a la edad de ocho años inició su preparación en el Club Ritmo de León. Es campeona de España en cuerda y ocupa las segundas posiciones en mazas y aro. Leyla es tercera en cinta y en el último campeonato a nivel nacional (celebrado el primer fin de semana de Julio - 2006) se clasificó segunda en la calificación general. De mayor quiere ser entrenadora sin embargo asegura que todavía le queda mucho camino por recorrer y que seguirá estudiando, cuando se reanuden las clases comenzará 3º de E.S.O., porque, según sus palabras, «hay que estar un poco a cada cosa». La rutina de una gimnasta es muy dura. Leyla entrena cuatro horas al día, incluyendo sábados y domingos. Durante el mes de Julio, tras el campeonato de España, se toma unas pequeñas vacaciones, pero practicando la natación a diario para no perder las condiciones físicas. En agosto reanuda los entrenamientos, a un ritmo diferente y en la Vecilla. La pequeña reconoce que a veces se cansa un poco, pero ella sabe que es muy buena en lo suyo y seguirá luchando por ser la mejor. Antes de cada exhibición y competición reconoce que se pone un poco nerviosa, especialmente en las competiciones a nivel nacional, pero ella para tranquilizarse piensa en que le sale todo y que lo ha practicado muchas veces. Además de los estrictos entrenamientos, una gimnasta también debe cuidar su alimentación. «Puedo comer de todo, excepto pan y gominolas. No me pesan cada día, lo hacen una vez a la semana más o menos y cuando he aumentado un poco de peso me piden que me cuide más lo que me queda de semana». Leyla es una campeona, pero esta condición no ha hecho que deje de hacer las cosas que hace una niña de su edad, aunque con algunas limitaciones por problemas de horarios. «Los sábados por la tarde puedo quedar con mis amigas, por la mañana no porque tengo entrenamiento. Pero mis mejores amigas son Andrea y María y ellas también son del club, así que puedo verlas a diario», asegura. Aunque ha ganado muchas medallas y trofeos, Leyla los recuerda todos con cariño, «cuando era muy pequeña en Ponferrada me dieron un trofeo que me hizo mucha ilusión recibir. Y mi mejor premio... sin duda cuando fui campeona de España en 2001». Su gimnasta preferida es la ucraniana Ana Bessonova y aspira algún día a ser tan buena como ella. No todo el mundo puede ser un buen gimnasta, aunque empiece desde muy pequeño y se empeñe en conseguirlo, es necesario contar con una serie de cualidades esenciales: «cualidades físicas, flexibilidad, expresión, creatividad...» explica Leyla.