Volar con reglas, pero sin las ataduras burocráticas del resto de la aviación

|||| En la puerta del hangar nos esperaba Juan, un ourensano de 45 años, experto piloto de ultraligeros y con licencia de piloto privado de avión, cuya relación con Carlos se remonta a los años en los que este último estuvo como instructor en el campo de vuelo ourensano de «Baños de Molgas». Desde entonces, Juan no ha dejado de volver una y otra vez a León cada vez que el «gusanillo» aeronáutico le hace sentarse a los mandos de su Tecnam P2002 S que «hangara» en las instalaciones de Villamarco. Previo al vuelo, Juan nos da las últimas indicaciones para acomodarnos en el avión mientras Carlos va preparando el Tecnam P92 S que la escuela de Villamarco tiene para la realización de los cursos. Una vez el motor ha cogido temperatura, nos dirigimos hacia la cabecera 18 no sin antes notificar por radio nuestras intenciones por si hubiera algún "tráfico" en la zona y para conocimiento del propio campo. Hechas las últimas comprobaciones, el P2002 S inicia la carrera con una suavidad sorprendente pero con una potencia que hará que en pocos metros el morro de nuestro avión levante su mirada al cielo y comience a ascender hasta alcanzar los 3700 pies de altura. Minutos después, el otro avión pilotado por Carlos, haría lo mismo manteniéndose, guardando los márgenes de seguridad precisos, cerca de nosotros para que Pablo, nuestro fotógrafo, diera cuenta a través de la cámara, de todo lo que acontecía durante el vuelo. Mientras bajo nuestros pies íbamos dejando la estampa de un continuo y tranquilo peregrinaje a través del Camino de Santiago, Juan nos comentaba el tratamiento, que a su juicio se da por parte de los medios de comunicación sobre la seguridad en este deporte, al entender que «sólo se habla de él cuando hay algún siniestro». Según Juan, «hay muchos más accidentes en la carretera, pero la sociedad está más acostumbrada a oír estas noticias, sin embargo el índice de siniestralidad en los aviones ultraligeros y aviación en general es muy bajo, pero cuando hay uno se genera una gran alerta social que no se corresponde para nada con la realidad». Para él volar en un ultraligero es desprenderse de todas las ataduras burocráticas existentes en el resto de la aviación general: Planes de vuelo, mantenimientos y revisiones sujetas a normativas demasiado rígidas. En su condición de piloto privado de avión ha podido comparar por sí mismo las enormes diferencias a la hora de comprar o alquilar un avión. Las prestaciones de su Tecnam P2002 S son incluso superiores a las de algunas avionetas, tanto en velocidad, tecnología y consumo, permitiéndole disfrutar de su avión no sólo como ocio, sino como medio de transporte en sus continuos viajes: «Me desplazo más rápido, más seguro y con un coste parecido al del automóvil». El comportamiento de nuestro Tecnam es sorprendentemente estable a pesar de algunas térmicas encontradas a última hora de la tarde. Su vuelo es silencioso, rápido y confortable, dándonos una auténtica sensación de seguridad (a 300 metros sobre el suelo realmente estamos solos). Su mando es suave, la panorámica a nuestro alrededor se hace espectacular y la orientación es precisa gracias a los dos equipos GPS instalados en el avión. Tras varios minutos de vuelo, escoltados siempre por el P92 S de la escuela de Villamarco decidimos realizar la aproximación de nuevo al campo, comenzando un descenso suave hasta situarnos en tramo de «viento en cola para la 18» como se conoce a uno de los tramos que conforman el circuito de tráfico del campo, posteriormente entrar a tramo de «base izquierda 18» y encararnos nuevamente hacia la cabecera dejando que el propio avión descendiera lentamente hasta «tomar» tierra casi con la misma suavidad con que la había dejado. El resultado de nuestra sensación después del vuelo es la de haber experimentado no solamente un medio de diversión y ocio sino una forma más de desplazamiento a la hora de viajar, que sin duda alguna llegará a imponerse en un futuro no muy lejano ante la continua saturación de nuestras carreteras. Y lo más importante, que estará (ya está) cada vez más, al alcance de todos.