Una afición que nos puede llevar lejos

La obsesión del hombre por volar es una idea que le ha venido acompañando desde el inicio de los tiempos. El ansia por conquistar un medio que le fue vetado por naturaleza ha llevado a numerosos visionarios a desafiar las leyes de la gravedad en numerosas ocasiones a lo largo de la Historia,. En el siglo V de nuestra era ya se había «diseñado» el primer aparato capaz de volar cuyo aspecto se acercaba más a una cometa que al concepto que tenemos de aviación en la actualidad. Debería pasar algún tiempo aún hasta que el florentino Leonardo Da Vinci, nacido en 1452 en la pequeña localidad de Anchiano, diera un giro importante en la historia de la aviación al preconcebir el «avión» basado en la observación de las aves, dando como resultado la creación de diversos ingenios que imitaban el movimiento de éstas y para los que Leonardo confiaba en la fuerza muscular. Los hermanos franceses Montgolfier lograrían, en 1785, elevarse con un globo y cruzar el Canal de la Mancha después de observar cómo el humo de una fogata ascendía gracias al aire caliente que lo hacía subir. Otro compatriota suyo, Clément Ader, en 1890, construiría otro ingenio propulsado por una máquina de vapor y que con un aspecto más parecido a un murciélago que a un avión, lograría recorrer una distancia de 50 metros. Más tarde diseñaría otro prototipo denominado «Avion III» que nunca llegaría a cumplir los requerimientos en cuanto a gobernabilidad se refiere, pero cuyo nombre (avión) ha quedado como denominación hasta nuestros días en idiomas como el Español. El salto importante en lo que a la historia de la aviación se refiere lo darían los hermanos Wilbur y Orville Wright un 17 de diciembre de 1903, cerca de Kitty Hawk, en el Estado de Carolina del Norte, con el que lograrían recorrer una distancia de 260 metros en escasamente un minuto con una máquina más pesada que el aire. Desde entonces, los avances tecnológicos han conseguido integrar la aeronáutica en el mundo de tal forma que sería impensable continuar con el desarrollo de nuestra sociedad sin contar con la decisiva aportación de la aviación. Las distintas etapas históricas por las que ha pasado la aeronáutica le han hecho partícipe en diversos ámbitos y acontecimientos históricos en sus ya cumplidos 100 años de existencia oficial, creando así las distintas vertientes militar, comercial y privada o deportiva. Pero si en algo la aviación ha avanzado desde su inicio hasta nuestros días, es en el numeroso incremento, cada año, de apasionados por este mundo que encuentran en él una forma de sentir la libertad que produce el placer de volar por volar. Aviones ultraligeros Una de las variantes en la aviación deportiva es el vuelo en ultraligero. Esta afición nació a principios de 1980 como resultado del gran número de adeptos a la aeronáutica que veían en este tipo de vuelo una forma fácil y sobre todo económica de poder acceder a lo que hasta entonces era prohibitivo fuera del ámbito militar y comercial. Así pues, según la JAA (Joint Aviation Authorities) organismo regulador de certificaciones de aeronavegabilidad para la Unión Europea, aparece la definición de avión ultraligero como: «Avión que no tiene más de dos asientos, una velocidad estable máxima de 65 Kms./h y un peso máximo al despegue entre 300 Kg. para un avión terrestre de un solo asiento y 495 Kg. para un avión anfibio o flotante de dos asientos». La avanzada tecnología y excelente calidad en los materiales de construcción de estos aviones, junto a la cada vez mejor preparación de sus pilotos, hacen de ésta una de las aficiones o deportes más seguros en la actualidad, desapareciendo así el fantasma que se cernía sobre la fragilidad de materiales e inexperiencia y falta de entrenamiento de sus tripulantes. Desde los primeros «tubo y tela» hasta los actuales «cuarta generación», los aviones ultraligeros han ido sufriendo transformaciones, ofreciendo prácticamente las mismas prestaciones que el resto de aviones ligeros o avionetas pertenecientes al siguiente escalafón aeronáutico, la aviación privada. Campo de vuelo en Villamarco León cuenta desde hace 12 años con un campo de vuelo y escuela de aprendizaje para este tipo de aviación ubicado en la población de Villamarco, a 27 kilómetros de la capital. Carlos Martínez Fernández, leonés de 33 años, instructor de vuelo en ultraligeros y piloto privado de avión, dirige las instalaciones en una empresa familiar que poco a poco ha ido creciendo en afluencia de alumnos pilotos y propietarios de este tipo de aviones que «guardan» en sus instalaciones. -Carlos, ¿cómo nació la idea de crear un campo de vuelo de ultraligeros en León? -Después de estar cinco años como instructor en diversas escuelas de España me pareció buena idea poder acercar a León la posibilidad de disfrutar algo tan atractivo como es el vuelo en ultraligero. -¿Con qué servicios cuenta las instalaciones? -El campo de vuelo consta de cuatro pistas con distintas orientaciones para el mejor aprovechamiento de la componente de viento a la hora de realizar las maniobras de despegues y aterrizajes. Una pista de 1.100 metros con orientación 18-36 (una cabecera orientada con rumbo 180 grados y la opuesta orientada a 360 grados). Otras dos pistas con orientación 13-31 y 05-23 de 700 metros respectivamente y una cuarta orientada 09-27 de 500 metros. Disponemos de 3 hangares para alojamiento de aviones y estamos preparando la próxima construcción de un cuarto hangar; escuela de pilotos de aviones ultraligeros, bautismos aéreos, alquiler de aviones con piloto además de contar con servicio de restaurante, parking para vehículos, taller de montaje y mantenimiento de aviones así como la venta de componentes y complementos de aviónica en general. Repartidos en estos hangares el campo de vuelo de Villamarco alberga 26 aviones, nueve de ellos de última generación y el resto de «tubo y tela». -¿Qué tipos de aviones ultraligeros existen? -Desde los primeros «2 ejes», «2 ejes con spoiler» (aerofrenos aerodinámicos en el ala) y «3 ejes» con motores de dos tiempos, pasando por los modelos «3 ejes de última generación» con motores de cuatro tiempos a los actuales de «cuarta generación» más parecidos a las conocidas avionetas, cuyas prestaciones son muy superiores, siendo utilizados generalmente, para largos desplazamientos y viajes, dada su velocidad, autonomía y confortabilidad. Es un avión metálico, completamente cerrado y con toda la tecnología disponible actualmente en la aviación general. -¿Cuál es el perfil de la persona que se acerca al mundo del ultraligero? -Generalmente suele ser una persona entorno a los 35 años, con ideas claras que practica el vuelo como hobbie. También existe un importante número de personas de 45 ó más años que de «rebote», bien porque se acercan con un amigo que lo practica o por curiosidad, acaban por aficionarse llegando incluso a comprarse su propio avión. El curso -¿Qué requisitos son necesarios para realizar el curso y poder pilotar estos aviones? -A partir de los 16 años con autorización paterna o complidos ya los 18 años. Un reconocimiento médico Clase II, cuatro fotografías y dos copias del DNI compulsadas. Ya desde el primer día, el alumno sube al avión y combina clases teóricas con prácticas. El curso básico se compone de un mínimo de 10 horas, aunque según Carlos Martínez, en la práctica son 15 siempre que el alumno elija realizar el curso en un avión más básico o de las 25 a 30 horas necesarias para realizarlo en un avión de «cuarta generación». La duración del curso varía de uno a seis meses, realizando clases de 30 minutos con avión básico y de los tres a nueve meses en un avión de última generación, con clases de una hora de duración. Según Carlos Martínez, el alumno encuentra algo complicado el curso hasta la sexta hora aproximadamente, a partir de la cual comienza a sentirse cómodo en el avión. La «suelta» del alumno, en la que debe enfrentarse a su primer vuelo, tomando el control absoluto del avión, se realiza entre las 12-13 horas aproximadamente para los aviones de "tubo y tela" y entorno a las 20-22 horas para los más avanzados. Actualmente la escuela de vuelo cuenta con 27 alumnos, de los cuales algunos, como Javier, vienen desde Burgos al encontrar en el campo de Villamarco la mejor opción para realizar el curso de piloto de ultraligeros, según nos comentaba él mismo mientras consumía un tremendo puro. Los exámenes para la superación del curso han de realizarse ante un inspector de Aviación Civil en una de las 3 ó 4 convocatorias que la DGAC convoca al año. Los exámenes constan de una parte teórica y otra práctica, repartiéndose éstas entre la mañana y la tarde respectivamente. El desembolso con el que deberíamos contar si tuviéramos la intención de adentrarnos en el placentero mundo del vuelo en ultraligero sería de aproximadamente 1.500 euros en el caso que quisiéramos realizarlo en un avión de «3 ejes» de tubo y tela a los 2.500 euros en un avión de «cuarta generación» mucho más sofisticado tecnológicamente. 1397058884 ¿Qué diferencias existen entre el vuelo en ultraligero avanzado de «cuarta generación» y el realizado en una avioneta convencional? 1397058884 El ultraligero nos da más libertad a la hora de programar nuestro viaje, podemos salir cuándo queramos siempre que la meteorología acompañe sin necesidad de estar sujetos a un plan de vuelo en un aeropuerto que es lo que habría que hacer si realizáramos el viaje en una avioneta, sin contar que para volar esta última nos haría falta el título de Piloto Privado de Avión. La normativa que rige estos aviones nos impide volar por encima de zonas habitadas y zonas controladas, aunque con los aviones de última generación y la instrumentación de comunicaciones apropiada, se podría realizar siempre y cuando el controlador nos autorizase a ello. En España existen 450 campos autorizados para el vuelo en ultraligero, lo que permite perfectamente viajar dentro y fuera de nuestras fronteras sin necesidad de depender de un aeropuerto controlado. 1397058884 ¿Qué tipo de combustible y mantenimiento es necesario para el buen uso de estos aviones? 1397058884 Los aviones básicos, con motores de dos tiempos, entre 52-65 CV., requieren un mantenimiento cada 50 horas mientras que los más avanzados con motores de cuatro tiempos, entre 80-100 CV., la revisión se realiza cada 100 horas. Aproximadamente suele ser una revisión al año ya que con los básicos las horas acumuladas anuales están entorno a las 50 mientras que en los avanzados suelen oscilar entre las 100 y 150 horas. El combustible es exactamente igual que el de un automóvil convencional, gasolina de 95 octanos sin plomo. El consumo es muy bajo, llegando a 16 litros a la hora en los aviones más sofisticados. Hay que tener en cuenta que estos modelos sobrepasan los 200 Kms. a la hora. 1397058884 ¿Una vez obtenida la licencia de piloto de ultraligeros, existe la opción de alquiler de aviones en Villamarco? 1397058884 Sí, pueden alquilarse los aviones con la compañía del instructor para ir ampliando aún más los conocimientos del nuevo piloto, tanto en la navegación en viajes como en otro tipo de maniobras. Aunque la mayoría de los pilotos optan por comprarse su propio avión, nuevo o en el mercado de ocasión. Pueden llegar a comprar un avión entre dos pilotos y rebajar así los costes. 1397058884 ¿A partir de qué precios se puede adquirir uno de estos aviones? 1397058884 Los básicos de «dos ejes» como los Tango, en el mercado de ocasión se pueden encontrar desde 3.000 a 7.000 euros. Los «tres ejes» entre 12.000 y 30.000 euros y de «cuarta generación» entorno a los 36.000 euros. Un avión de características como el Tecnam se podría encontrar a partir de 45.000 euros en adelante. Terminada la charla con Carlos, cayendo ya la tarde en Villamarco, tuvimos la oportunidad de disfrutar de un pequeño vuelo en las cercanías del campo para comprobar a bordo de dos aviones Tecnam P92 S y Tecnam P2002 S de última generación, hasta qué punto la tecnología, confortabilidad y fiabilidad que estos aviones aportan a todos aquellos que de una forma u otra deciden adentrarse en el mundo del vuelo en ultraligero. A través de Internet, en su página web (http://www.ulmvillamarco.com), y del campo de vuelo de ultraligeros en Villamarco, el leonés Carlos Martínez, contribuye a mejorar el panorama aeronáutico de nuestra provincia, sin ningún tipo subvención o ayuda, haciendo que León y los amantes de este deporte dispongan de otra opción más a la hora de iniciarse en el mundo de la aeronáutica. Recordemos que sociedades como el Real Aero Club de León ( Revista 28-08-2005) y la creación del aeropuerto en nuestra capital también aportan y acercan de forma muy favorable el mundo de la aviación a todos sus apasionados seguidores, que sin duda alguna, cada año son más.