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Publicado por
León

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Los datos disponibles constatan que cada vez son más los europeos que disponen de segunda residencia o disfrutan de las vacaciones alojados en las de sus familiares o amigos. Sin embargo, se da una paradoja: los viajeros con mayor capacidad de gasto son los residentes en la mitad norte del Viejo Continente y, sin embargo, los europeos que porcentualmente más tienden a comprar casa o apartamento para disfrutar de sus días de descanso son los franceses, italianos, españoles y griegos. No obstante, la práctica totalidad de los europeos del sur compran la segunda residencia en su propio país, en tanto que británicos, escandinavos, belgas, holandeses y alemanes optan mayoritariamente por comprar inmuebles en las costas española, portuguesa, italiana, griega o canaria; geografías a las que en los últimos años se han sumado el litoral dálmata (Croacia), las riberas húngaras del Danubio -donde han adquirido propiedades cientos de alemanes- y las costas rumana y búlgara del Mar Negro. En todo caso, con independencia de que siguen siendo muchos los que prefieren viajar al extranjero, las cifras computadas por la agencia comunitaria de estadística (Eurostat) revelan que cada vez son más los europeos que prefieren quedarse en su propio país. Desde mediada la década de 1990, la mayoría de los europeos optan -cuando sus empresas así lo permiten- por dividir las vacaciones en dos o más tramos, dedicando entre tres y siete días a viajar al extranjero (casi siempre en avión y adquiriendo paquetes ofertados por agencias), para el resto de los días de asueto descansar en casa con excursiones lúdicas o bien mudarse a una segunda residencia, pero sin salir del país. Los únicos que siguen ejerciendo de viajeros impenitentes son los escandinavos, los belgas y los holandeses.

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