Y llegarán las setas

Los montes leoneses se aprestan a recibir la milagrosa llegada de las setas. Cada día son más los aficionados a los hongos que recorren cesta en mano hasta los últimos recovecos de los montes de la provincia en su busca. Para algunos las setas incluso se han convertido en la mejor forma de ganarse unas pesetillas. Con las lluvias otoñales, que llegarán a pesar de la pertinaz sequía que venimos padeciendo, asistiremos al nacimiento mágico de esos hongos a los que muchos aún tienen un miedo perfectamente comprensible por sus variedades venenosos. Nunca está de más recordar que no vale cualquier seta, que antes de guisarlas y comerlas, si hay el menor atisbo de duda, debe verlas un experto que dictamine si son comestibles o son venenosas. Pero no olvidemos que esa afición micológica en tierras leonesas es relativamente reciente, hasta hace algunos años eran muy pocos los que las recogían y las degustaban. Muy al contrario que en otras zonas de España, como el País Vasco o Cataluña, lugares en los que la afición por las setas viene de muy lejos, en estas regiones es una auténtica legión la que patea en primavera y otoño los montes en busca de los sabrosos hongos. También es allí donde mayores precios alcanzan, llegándose a pagar cantidades fabulosas por un kilo de las setas más exquisitas, que también suelen ser las menos abundantes. Esperamos ya con expectación la llegada de las jornadas de las setas en buena parte de los restaurantes leoneses, que no pierden la oportunidad de ofrecer nuevos atractivos a sus clientes. Y es que los hongos ofrecen grandes posibilidades a cocineros y cocineras para demostrar sus virtudes culinarias.