Diario de León

«Quiero explotar esa parte oscura que todos tenemos»

Daniel Bruhl | Joven estrella del cine europeo desde que rodó «Goodbye Lenin!», que ahora protagoniza «Salvador», sabe que la naturalidad y un rostro cálido y tierno son algunas de sus armas

Publicado por
CH. L. MONJAS | texto
León

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Daniel Bruhl aparece con cara de sueño y voz somnolienta, pero en cuestión de minutos coge el ritmo y atiende con simpatía y profesionalidad a los numerosos medios que le preguntan por Salvador, la esperada película de Manuel Huerga en la que encarna al activista anarquista Puig Antich, el último ejecutado con garrote vil del franquismo. Actor «muy pasional porque me meto mucho en los personajes», el que fue el protagonista del éxito del cine germano en el 2003, Good Bye, Lenin!, recupera su mejor perfil con un té y un sandwich mixto que se toma entre entrevista y entrevista. Bruhl, de 28 años, trece de ellos dedicados a la interpretación, no rechista cuando le traen de aquí para allá «Sólo son dos días de promoción. 1397058884 Estará contento, todos son piropos por su actuación. -Ahora sí lo estoy, pero cuando me ofrecieron el papel dije que no porque quería debuta en el cine español con lago más simple, más ligero. Salvador era muy complicado, no sólo porque era una historia política muy importante para Cataluña, también porque encarnar a un personaje real siempre implica una responsabilidad especial. Manuel Huerga y el productor, Jaume Roures, estuvieron detrás de mi un año. -¿Qué poso le ha dejado meterse en la piel de Puig Antich? -De todo el filme, me quedo con la última parte. Me impresionó cómo se enfrentó a la muerte, cómo se comportó al final. Aguantó por su sentido del humor y el amor que tenía a los suyos, a los que le rodeaban. También me conmovió la relación que tenía con su padre, a quien le pasó lo mismo que a él, pero en el último momento le salvaron y no le fusilaron. Su padre fue un muerto en vida, y, pienso que Salvador no quería lo mismo para él. -Cuando recibió la oferta, ¿qué es lo que le daba más miedo? -Que hicieron una película sobre un santo, un héroe. Pero en el primer encuentro que tuve con Manuel me dijo que su objetivo era contar la historia de un joven que pertenecía a un grupo, no hacer un filme sobre buenos y malos, o superhéroes. -Ha dicho que, con el tiempo, se vio capaz de meterse en el personaje ¿A qué se agarró? -A su idealismo romántico, a esa creencia de poder cambiar las cosas y a la relación que tenía con los suyos. Era un viaje interesantísimo, me atrapó. Además, era un regalo para una actor porque en la primera parte te permitía ser un joven más salvaje y la segunda era más dramática y tranquila. -Ideológicamente, ¿a que diría que no? -A casi nada si la historia tiene profundidad e interés. -¿Qué le gustaría que pasara con «Salvador»? -Pues que ayude a revisar el caso. Yo nací unos años después de que el muriera, en la misma ciudad, y pienso que es importante recordar. La pena de muerte sigue existiendo en muchos países. Nosotros vivimos en un entorno libre y democrático, pero el mundo pasa por un momento bastante delicado, frágil, Entender la Historia es importante, y si es reciente, más. También me gustaría que tuviera una repercusión a nivel internacional para que se conociera un poco mejor la Historia de España. -Talento europeo, estrella emergente, uno de los mejores actores jóvenes europeos... -No tengo problemas con las etiquetas. Uno tiene un físico y una forma de actuar, y la gente siempre te quiere ver en lo mismo, en lo que haces mejor, te mete en un cajón. -Es que le pierde su cara de buena persona. Es el hijo que todas las madres quieren tener. -Bueno, bueno. Los que me conocen bien, seguro que no opinan los mismo. Quiero explotar esa parte oscura que todos tenemos. Hago un llamamiento a los directores para que se atrevan a ofrecerme papeles que, a priori, no están pensados para mí. -¿Cuál es el método de Daniel Bruhl? -En Salvador me preparé exhaustivamente. Leí libros, vi muchos documentos, películas y fotos de la familia, estuve con las hermanas de Puig Antich... Normalmente hablo mucho con el director para sabe su plan para contar lo que tiene en la cabeza. También está el trabajo con los compañeros, si hay química para ver cómo puedes ayudar al otro. Es cuestión de ponerte en el personaje. En Salvador fue duro porque me puse en una posición casi imposible porque me imaginé mi propia muerte. -¿Cómo lo resolvió? -Estaba como un tigre, moviéndome de un lado para otro. Para olvidarme de todo escuchaba La pasión de San Mateo, de Bach. -Como se obsesiona tanto con los papeles, supongo que después se quedará vacío. -No lo sé hacer de otra forma. Hay actores que se enfrentan a los personajes de manera más técnica, pero, a no ser que sean buenísimos, se nota que falta algo. De todas formas, ninguna película y tampoco personaje, ha cambiado, al menos hasta ahora, mi vida. Pero siempre te queda algo. Salvador es una de las dos películas que más huella me han dejado. -Para la película aprendió catalán ¿qué tal se defiende? -Voy mejorando. Entiendo bastante, pero me da corte hablarlo. -Usted es muy conocido en Europa, ¿ha cambiado mucho su vida en estos últimos tres años? -A veces, cuando tengo dudas, pienso en todo lo que me está pasando. He tenido mucha suerte porque he conocido a la gente oportuna en el momento adecuado y, a partir de ahí, se ha dado el efecto dominó. También tengo mis momentos de crisis, este año he pasado una etapa privada complicada, dura. No todo es tan bonito como parece. Y lo de la fama... En Berlín me reconocen mucho por la calle, muchísimo. Antes, Barcelona era mi refugio, pero ahora... -En más de una ocasión ha manifestado que le gustaría dirigir y ya tiene su primer guión, «Fiebre», que gira sobre la envidia. -Es una historia bastante dura que, si todo sale bien, dirigiré en el 2008, en Sudamérica y con intérpretes alemanes. No creo que la protagonice porque sería demasiado trabajo. -Tiene ganas de trabajar en España, pero ha dicho que no a «Los crímenes de Oxford», de Alex de la Iglesia. -Quería trabajar con Alex, pero no ha sido posible por un problema de fechas. El 2 de octubre comienzo a rodar Krabat, una película de época, del VXII, que es como Harry Potter pero en bueno.

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