Jaguar XKR, palabras mayores...

Cambia el acero por el aluminio, añade una «R» a su apellido y un compresor volumétrico al V8. Consecuencia: 420 caballos extraordinariamente «utilizables» en lo que ya se ha dado en llamar uno de los mejores equilibrios entre deportividad y confort que pueda encontrarse en los catálogos europeos de realizaciones «especiales». El Gran Gato se apunta uno de sus mejores tantos, con el inestimable concurso de Eaton (especialista en compresores, lo de los turbo no deja de ser una ordinariez ...) y la no menos inestimable ayuda del aluminio en la construcción de un preciosista Coupé, y homólogo Convertible (ya saben... nunca «descapotable» en Jaguar), hasta convertir al XKR en todo un deportivo de raza. Eso sí, tan «domable» cual si de un modesto polivalente se tratase. El clasicismo preside unas formas de carrocería que se apoyan en el diseño de toda la vida : morro largo y zaga tan descendente como recortada, cuya generosa luneta trasera recuerda poderosamente a la del aquel mítico E-Type que hiciera furor en los sixties y que acabó por elevar a Jaguar a la categoría de leyenda. El interiorismo presenta acabados específicos «R», que se traducen en unos asientos muy envolventes y en inserciones de aluminio para la consola, el salpicadero, y el panelado de puertas; que opcionalmente pueden cambiarse por madera, con, en ese caso, los asientos tapizados en cuero perforado. Jaguar sigue confiando en la motorización V8 de 4.2 litros para el «R», aunque, a diferencia del «normal» XK8, éste incrementa sus prestaciones un 30%; es decir, 120 caballos suplementarios y una veintena más que la anterior versión XKR, con lo que nuestro protagonista puede presumir de unas escandalosas cotas prestacionales: 5,2 segundos en aceleración de cero a cien y 250 «autolimitados» de punta y, eso también, con una media de consumo cifrada en torno a los 12,3 litros por cada centenar de kilómetros. La elasticidad es otra de las cartas de presentación del V8: 8,6 segundos en recuperación de 100 a 180 Km/h. El control de estabilidad y el sistema CTS de amortiguación pilotada, amén de la caja de cambios automática secuencial de 6 marchas firmada por ZF y con manetas en el volante, son otras perlas tecnológicas en el desarrollo del XKR. El primero porque puede desconectarse para dar gusto a los usuarios más quemados , aunque el sistema no llegue a desconectarse realmente del todo... por aquello de preservar la integridad en hipotéticas situaciones «límite-límite». Es verdad que tiene una posición totalmente desconectable, sólo recomendable -por ejemplo- en un circuito... por aquello de las patinadas drásticas. Y la segunda -la caja ZF- porque ofrece, a más de una equilibrada conjunción de desarrollos, la posibilidad de utilizarla en tres modos: Automático, Automático Sport y Manual. El sistema de amortiguación pilotada, especialmente calibrado para esta versión «R», ya ha venido demostrando sus bondades en los catálogos de Jaguar. Por lo demás, las generosas tomas de aire delanteras, las branquias laterales y, sobre todo, las cuatro salidas de escape, con una sonoridad digna de la mejor interpretación, ponen en antecedentes de lo que se aloja bajo el capó del XKR. Aunque el XKR no llegará hasta noviembre a los concesionarios, el fabricante cuenta ya con una abultada cartera de perdidos, que podrían suponerle hasta el 50% de las ventas totales en la gama XK.