Mini Cooper y Cooper S, la magia continúa...

Parrilla hexagonal y faros redondos... la segunda generación del Mini seguirá fiel a sus principios. Lo demás... cambiará al alza. La segunda generación de uno de los míticos utilitarios de todos los tiempos, el Mini, aumenta sus cotas en 60 milímetros de longitud -ganados al voladizo frontal- respecto a su antecesor. Entre otras cosas, porque sus nuevos motores y sus correspondientes elementos mecánicos, necesitan «algo» más de espacio. Y también porque las renovadas exigencias de seguridad respecto a los peatones -el capó está más alejado del motor- así lo demandan. La batalla (distancia entre ejes) se mantiene intacta, aunque también se modifican al alza los equipamientos y, sobre todo, el interiorismo. El nuevo Mini, que comenzará a estar disponible en los concesionarios a finales de este año 2006, es más cómodo que su antecesor y con un desarrollo interior en el que destaca sobremanera un salpicadero de nueva factura en el que toma carta de naturaleza el llamado «Center Speedo», un sobredimensionado reloj en el que se agrupan un velocímetro analógico (sólo faltaba...), los mandos de las funciones de entretenimiento del vehículo y, opcionalmente, el navegador. En sustitución de la tradicional llave, el botón de puesta en marcha es otra de las novedades, como también lo es una consola más esbelta que, a la par, propicia un mayor espacio para las piernas de conductor y acompañante. El interior puede configurarse a gusto del consumidor : pintura de diversos colores, detalles en madera natural o acabados cromados, asientos tapizados en distintos tipos de cuero... Incluso existe la posibilidad de montar un conjunto de luces en el techo, para iluminación del habitáculo, y bolsas de distintos tamaños en los paneles de puertas para alojar objetos. En el exterior se aprecian sutiles cambios, siempre manteniendo la impronta (acentuándola incluso) que ha hecho célebre al modelo; es decir, la parrilla hexagonal, los faros redondos (ahora algo más ampulosos y con mayores posibilidades lumínicas) y la generosa franja acristalada que rodea la carrocería. Además, otra de las innegables señas de identidad del Mini, podrán escogerse tres colores para el techo: blanco, negro o el mismo de toda la carrocería. Los responsables de Mini, encuadrada en la estructura empresarial de BMW, han estimado que es mejor empezar «por arriba» la comercialización de esta segunda generación, de forma que las primeras versiones en llegar al mercado serán las más potentes (Cooper y Cooper S), mientras que el básico One lo hará durante la primera mitad del próximo año 2007. Ambas versiones, Cooper y Cooper S, vendrán animadas por sendos motores de gasolina, cuatro cilindros; atmosférico para el Cooper (120 CV) y turbo para el Cooper S (175 CV), unidos a cajas manuales de 6 marchas o automáticas secuenciales también de 6 relaciones. El One montará un gasolina 1.4 litros (95 CV) y tampoco se descarta un diesel de última generación, aunque este aspecto está aún por confirmar. Los demás parámetros técnicos son similares a los ya conocidos en el Mini, por mucho que se adopten ciertas modificaciones «de detalle». Así, se optimiza la dirección electromecánica (más directa y con un mejor guiado), en tanto que la suspensión, ahora en aluminio, ahora media docena de kilos de peso y, opcionalmente, puede adoptar unos tarados de mayor firmeza en muelles, amortiguadores y barras estabilizadoras. Habida cuenta su carácter marcadamente deportivo, el Cooper S podrá disponer también de un diferencial delantero (autoblocante) de deslizamiento limitado.