Volvo recupera los compactos con el C30
A principios del próximo año, en una suerte de «regreso al futuro compacto», Volvo recupera los compactos con el C30. Atractivo diseño y una amplia oferta motorística (de 100 a 220 CV) para un coupé de nueva generación
Pequeño y expresivo. Veinte años después de la aparición del Coupé 480 y once después de su desaparición (aquel coupé se mantuvo nueve temporadas «en cartel») Volvo retoma el espíritu de los modelos compactos con una realización que, lo menos que puede decirse de ella, es que resulta impactante en lo estético -debe serlo también en lo dinámico-; de forma que el fabricante sueco se ha lanzado a una sorprendente propuesta para quien, tradicionalmente, no ha sido demasiado proclive a este tipo de sorpresas . Así, la novedosa flor de Volvo (el C30 se produce en la factoría belga de Gante) utiliza lo que se ha dado en llamar plataforma «T1» del Grupo Ford (no se olvide que Volvo orbita en el óvalo) profusamente utilizada en otros modelos, bien de la propia Volvo (S40 y V50) o de Ford (Focus y Mazda 3). Tal como ocurriera con el ancestro 480, también el C30 utiliza la fórmula de las cuatro plazas individuales, con los asientos traseros situados en posición centrada. Con lo que, según el fabricante, se consigue un mejor reparto transversal de masas, una mejor protección en caso de impacto lateral (los asientos están más «alejados» de la carrocería) y una mayor visibilidad longitudinal para los ocupantes de esas plazas. Aspecto nada desdeñable si se tiene en cuenta esa sensación de cerramiento que suelen producir las plazas traseras en un coche de dos puertas laterales. Hablando de herencias, apuntar que el salpicadero, y el interiorismo general del C30, beben en las fuentes estéticas y vanguardistas de los S40/V50 (ya saben... la consola «hueca por detrás») con los botones minimalistas y una cuidada ergonomía en cuanto a localización de los dispositivos de control del coche. El «diseño individualista» es otra de las novedades que propone Volvo para el C30. Se trata, como el lector ya habrá supuesto, de la posibilidad de adaptarse el coche a la carta , de forma que existirán kits de carrocería con tubos de escape de mayores dimensiones y en colores coordinados o en dos tonalidades. Este kit de carrocería, disponible en varios colores, puede personalizarse aún más: chasis deportivo (más bajo en su altura al suelo) y llantas de aleación de 18 pulgadas. Incluso se presentará con una inédita tonalidad «Cosmic White Pearl», con el kit de carrocería en marrón «Java Pearl», de forma que recordará poderosamente al inicial C30 concept . Y lo mismo para el interior, donde se podrán adoptar un volante y una palanca de cambios de inspiración deportiva por sus inserciones de aluminio, lo mismo que los pedales, en aluminio bruñido, y las alfombrillas específicas del modelo en contraste con los tonos de la tapicería. Por lo que respecta al capítulo mecánico, el nuevo C30 se lanzará inicialmente con dos mecánicas de gasolina (100 y 220 CV) y un turbodiesel D5 de 185 CV. En los dos primeros casos (gasolina) se trata del tetracilíndrico multiválvulas 1.6 litros (atmosférico) de inyección electrónica y del super T5 (denominación que Volvo reserva a sus motores más potentes) de cinco cilindros y 2.5 litros de cilindrada, apoyado en un turbocompresor de bajo soplado y con intercambiador de calor, que se asocia a una caja manual de 6 marchas y -se supone- también opcionalmente al cambio automático secuencial. La que, también se supone, supondrá el mayor equilibrio prestacional, es la opción motorística D5, ya saben, el 5 cilindros turbodiesel de rampa común (turbo de geometría variable) que le vendrá de perillas a un modelo como el que nos ocupa. Montará cambio manual de 6 velocidades y también automático. Por lo demás, apuntar que el C30 mide 4,25 metros de largo; 1,78 de ancho y 1,44 metros de alto. Se trata, en suma, de un coqueto coupé cuyas marcadas líneas laterales personalizan un elegante diseño.