Diario de León

«HOUSE» «PRISION BREAK» «DEADWOOD» «24»

El ocio de la era moderna Unos diálogos sorprendentes Una fuga muy particular La otra conquista del Oeste Jack Bauer: un ritmo diferente Ha nacido la «lostmanía»

Publicado por
NANI ARENAS | texto OLIVIA ARES | texto
León

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|||| Si hay alguna serie que ha hecho historia en los últimos años, esa es Lost (perdidos). La historia del accidente aéreo más famoso de todos los tiempos arrasa en todo el mundo. La expectación que ha generado el estreno de la tercera parte el pasado jueves en Estados Unidos, en la cadena ABC, demuestra que los teleadictos todavía existen, pero se han modernizado y ya no dependen de las decisiones de los programadores para seguir sus series preferidas. Sirva como referencia que minutos después de la emisión del primer capítulo de la tercera parte en EE.UU., las nuevas aventuras de los supervivientes más famosos del mundo ya estaban disponibles a través del E-Mule. Cientos de españoles se pasaron la noche casi en vela bajando archivos, ansiosos por ver el esperado y nuevo capítulo, saltándose la dictadura de TVE o de la Fox. Sin embargo, la realidad parece otra. Los índices de audiencia de la segunda parte de la serie, según los datos aportados por TVE, advierten que la serie está muy lejos de batir los récords esperados. ¿Significa eso que Perdidos no gusta a los españoles? No: justo todo lo contrario. Significa que una vez que se ve el primer capítulo, se genera tal expectación que el espectador prefiere recurrir a los DVD antes que someterse a la dictadura de los programadores de las televisiones. O recurrir a Internet para ver los nuevos capítulos directamente a través de los canales televisivos estadounidenses. Así pues, tres años después, ya no es ninguna exageración afirmar que Lost ha marcado un antes y un después en la historia de la televisión. El fenómeno Lost ha nacido paralelo a una curiosa campaña en Internet que se basa en la aparición de sitios web relacionados con elementos ficticios de la serie. Como por ejemplo, las web de Oceanic Airlines (www.oceanic-air.com), la ficticia compañía aérea del vuelo accidentado y en cuya web se piden disculpas por haber cancelado todos los vuelos a consecuencia de un accidente; la Fundación Hanso (www.thehansofoundation.org), una fundación que explica parte de la historia a partir de la segunda temporada. O los famosos números chungos (4,8,15,16,23,42) alrededor de los cuales gira parte de la trama de la serie, diseminados en cientos de detalles insignificantes en cada episodio. La fiebre no ha hecho más que empezar y los rumores cuentan que están programadas por ahora cinco temporadas. Pero la verdad y el desenlace no lo sabe nadie, ni los propios actores ni los guionistas. El propio rodaje de la serie está envuelto en un halo de misterio. Quizás para entender la clave de toda esta trama haya que volar a la isla. |||| Las frases que dice Gregory House son sorprendentes y sus gestos, demoledores. Es borde, egoísta, misógino y antisocial. ¿Por qué triunfa una serie con semejante protagonista? Por lo cuidado de su ambientación, por lo humanos que son sus personajes y porque los diálogos resultan arrebatadores. Además, los malos -especialmente los vulnerables y de buen corazón como el por momentos miserable House- tienen un punto atractivo que los hace irresistibles. Y esos ojos azules... |||| Un ingeniero diseña una cárcel perfecta. Su hermano mayor es encerrado en esa prisión y tiene fecha para la pena de muerte por un asesinato que no ha cometido. ¿Qué sale de todo eso? Un joven que entra en una cárcel para idear un plan de fuga perfecto y rescatar a su hermano. Por si lo anterior no fuese del todo imposible, el chico se tatúa el plano de la fortaleza en el cuerpo. Con estos mimbres improbables, pero con una cuidadísima puesta en escena y un ritmo frenético, se llega al éxito. |||| El nacimiento de una nación no es siempre un camino de rosas. En el lejano Oeste no sólo había defensores de la ley buenos y llenos de sentimientos humanitarios. Lo más habitual era encontrarse a gentes sin escrúpulos, duros por las circunstancias que les había tocado vivir, ajenos al dolor del resto de sus vecinos y con ganas de ganar dinero y poder. Una durísima revisión de la conquista del Oeste en clave de amor, odios y humor ácido, todo con una elegante, magistral, realización. |||| Fue un boom en su momento: por primera vez una serie de televisión se narraba en tiempo real. Cada capítulo dura una hora y así hasta 24, las horas de un día en la vida de Jack Bauer. Ciertamente el tiempo es lo único real de esta historia que, por lo demás, cumple los parámetros de Hollywood: héroe de buen corazón, pero gesto duro con el corazón roto y sin vida personal, que se enfrenta solo al mundo y acaba con cuantas conspiraciones se ponen a su alcance. |||| He escuchado estas frases varias veces a lo largo de los últimos meses. «Hacía tiempo que no me enganchaba a una serie»; «Es la prueba de que aún se puede hacer televisión de calidad»; «He vuelto a disfrutar viendo la tele». La razón de ser que motiva estas declaraciones es Lost . Una serie que narra la historia de los 48 supervivientes del vuelo 815 de Oceanic Airlines, que deben rehacer su vida en una isla supuestamente desierta y repleta de misterios. La trama entremezcla ciencia ficción, psicología, filosofía, todo enlazado a través de un guión casi perfecto, muy trabajado y basado en los continuos flashbacks entre el presente, es decir, la vida en la isla de los supervivientes, y el pasado de cada uno de los accidentados. El resultado, por ahora es redondo y ha logrado enganchar a habitantes de medio planeta y seguro seducirá a muchos más siempre y cuando se enfrenten a la serie desde el principio. Si no se sigue desde el primer capítulo de la primera parte, la isla y sus habitantes personajes pierden todo su encanto. Pero quien se anime a empezar desde el principio, por el capítulo piloto en el que se reproduce el espectacular accidente de avión (por cierto, su rodaje fue el más caro en la historia de la televisión) pronto querrá saber más. Querrá saber dónde están los personajes, quiénes son y quiénes eran antes del accidente, cómo sobreviven mientras no vienen a rescatarlos o por qué nadie acude en su búsqueda, quién más habita en la isla¿ y surgirán cada vez más preguntas. Y a medida que pasan los capítulos aparecerán más misterios cuya resolución llevará a nuevas tramas, a nuevos misterios, a nuevas casualidades, a nuevas historias, a nuevos puntos de vista. Los malos pasan a ser buenos, y los buenos se convierten en odiados. Las incógnitas se multiplican y surgen nuevas claves. Es en ese punto, cuando uno ya está enganchado, cuando se empieza a hacer cábalas. ¿Están muertos? ¿Han sido abducidos? ¿Están soñando? ¿Es todo un montaje? ¿Qué significan los números? No dejes de comunicar tu propia teoría en un foro. Quizás los propios guionistas se estén enriqueciendo con las miles de ideas de los «los telespectadores» que circulan por la Red. Y mientras haya debate, habrá futuro para la serie.

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