Kia Carens, buenos argumentos

Sólo conserva el nombre. La nueva generación del monovolumen Carens se distancia radicalmente de su antecesor, tanto por soluciones prácticas (7 plazas) y estéticas, como por mecánicas y, como ya viene siendo norma de la casa en Kia, por una contenida política de precios: alrededor de 24.000 euros para la versión diesel y 23.300 para el gasolina. Pensado para el mercado europeo, el nuevo Carens hace gala de un diseño mucho más personalizado, y bonito, que los que hasta ahora nos tenía acostumbrados el fabricante. La clave, aunque el detalle pueda parecer nimio, hay que buscarla en una parrilla frontal inspirada en la del todocamino Sorento, un modelo que, dicho sea de paso, goza de un evidente prestigio en nuestro mercado. El aprovechamiento del espacio interior es otra de las cartas de presentación del Carens. Desarrollado sobre la plataforma del Magentis (acortada hasta dejar la longitud en los 4,54 metros) se adopta aquí una tercera fila de asientos que aporta la posibilidad de siete plazas. Y ello, con las esas dos últimas plazas suplementarias perfectamente utilizables por adultos no sólo por niños, como suele ser habitual en este tipo de realizaciones. En este su primera fase de lanzamiento, el Carens dispone de una mecánica de gasolina y de una diesel, ambas de 2.0 litros, cuatro cilindros multiválvulas y que rinden prácticamente la misma potencia: 145 CV para el gasolina y 140 CV para el diesel que, habida cuenta la «dieselización» del mercado europeo en general, y español en particular, en el segmento de militancia cabe suponer que será esta última la que se lleve el mayor porcentaje de ventas. Tan es así, que incluso el propio fabricante estima el porcentaje en torno al 85% (para el diesel) del total de unidades del Carenes que se vendan en España. El tal CRDi en cuestión (rampa común, turbo de geometría variable, intercooler...) es ya sobradamente conocido por su implantación en los catálogos tanto de Kia como de Hyundai, siempre con excelentes resultados y, en el caso del Carens, unido a una caja manual de 6 velocidades; lo que siempre es una bondad añadida en el campo prestacional y, desde luego, en el de los consumos: 5,2 litros de media por cada centenar de kilómetros, cifra en absoluto desproporcionada si se tiene en cuenta que nuestro protagonista supera ampliamente la tonelada y media de peso. Una romana que quizá se ponga más de manifiesto en terrenos virados porque Kia recurre a unos tarados de suspensión demasiado blandos, por mucho que el coche muestre un buen comportamiento rutero y una remarcable facilidad de manejo, lo que vuelve a poner de manifiesto el carácter práctico del modelo. En general, lo que es muy de agradecer, el nuevo Carens ofrece unos acabados y unas calidades de terminación interior que, sin ser especialmente vistosos, si que se han visto sensiblemente mejorados respecto a realizaciones anteriores de la marca. Incluso el nivel de equipamiento en las versiones superiores de la gama Carens puede calificarse de muy completo. Entre otras cosas, bastante poco habituales últimamente, porque se adopta de serie una rueda de repuesto de tamaño normal y «exterior»; es decir, alojada bajo el piso del maletero, lo que no resta capacidad al espacio de carga por mucho que, eso también, cuando se circula con las siete plazas operativas el maletero se vea reducido a tan sólo 75 litros. Ya se sabe, es el peaje a pagar en tales circunstancias. En contrapartida, el habitáculo del Carens dispone de multitud de huecos portaobjetos, tanto a la vista como escamoteados en el piso del maletero. Un maletero que, con la tercera fila abatida llega a los 414 litros de capacidad (440 litros en la versión de 5 plazas). También es verdad que la banqueta corrediza trasera (regulación longitudinal) permitirá disponer de unos centímetros suplementarios a los ocupantes de esos dos asientos. Por lo demás, Kia estima vender anualmente entre 6.000 y 7.000 unidades del Carens.