Cerrar

Volvo C30, compacto, coqueto... y «resultón»

Volvo regresa al futuro de la mano del C30. Un coqueto coupé compacto, de perfilada silueta y con cuatro plazas individuales. La oferta motorística, en gasolina y diesel, oscila entre 100 y 220 CV, con una tarifa que arranca en 20.500 euros

Publicado por
JAVIER FERNÁNDEZ | texto
León

Creado:

Actualizado:

Hacía tiempo que Volvo no sorprendía con una perla tan sugestiva en lo estético como divertida en lo dinámico. En 4,25 metros de largo -no todos los Volvo tiene porqué ser grandotes - el fabricante sueco nos propone un auténtico «juguete»: mecánicas potenciadas (también discretas), suspensiones firmes, caja manuale (casi de carreras) o automática secuencial, impecable postura de conducción... y cuatro butacas individuales para lo que puede convertirse en toda una sensación automovilística para estos dos últimos meses del año (275 unidades previstas para 2006) y lo que vendrá en 2007 (5.330 ejemplares para el mercado español, que subirán hasta los 7.600 en 2008). Así, veinte años después de la aparición del Coupé 480 y once después de su desaparición (aquel coupé se mantuvo nueve temporadas «en cartel») Volvo retoma el espíritu de los modelos compactos con una realización del todo «expresiva». La novedosa flor de Volvo (el C30 se produce en la factoría belga de Gante) utiliza lo que se ha dado en llamar plataforma «T1» del Grupo Ford (no se olvide que Volvo orbita en el óvalo) profusamente utilizada en otros modelos, bien de la propia Volvo (S40 y V50) o de Ford (Focus y Mazda 3). La fórmula de las cuatro plazas individuales (también utilizada en el ancestro 480), con los asientos traseros situados en posición centrada, propicia un mejor reparto transversal de masas, una mejor protección en caso de impacto lateral (los asientos están más «alejados» de la carrocería) y una mayor visibilidad longitudinal para los ocupantes de esas plazas. Aspecto nada desdeñable si se tiene en cuenta esa sensación de cerramiento que suelen producir las plazas traseras en un coche de dos puertas laterales. Que, en el caso del C30, se palía -lo del cerramiento - por la singular burbuja en la que se convierte una luneta trasera que, mucho más que el típico frontal «marca de la casa» en Volvo, personaliza la nueva realización. Se diría que es precisamente la zaga la que marca la diferencia de nuestro protagonista con otras realizaciones del segmento de compactos, como es el caso del Alfa 147, el A3 de Audi o el Serie 1 de BMW, enemigos naturales del C30 al decir de los responsables de Volvo. Tanto el salpicadero, como el interiorismo general del C30, beben en las fuentes estéticas y vanguardistas de los S40/V50 (ya saben... la consola hueca por detrás) con los botones minimalistas y una cuidada ergonomía en cuanto a localización de los dispositivos de control del coche. Incluso se cuenta con dispositivos tan vanguardistas -mucho más para el segmento de militancia- como un sistema de alerta luminosa interior (BLIS), situado en los triángulos de los retrovisores, que avisa al conductor de la presencia de vehículos, en ángulos muertos, a ambos lados del nuestro. Puede parecer un gadget para impresionar a los acompañantes, pero también es verdad que resulta de lo más práctico en el tránsito urbano. El maletero no es grande (no se olvide que hablamos de un coupé) aunque sí muy accesible, bien tapizado y con posibilidades de transformación; así que, va una cosa por la otra. El «diseño individualista» es otra de las novedades que propone Volvo para el C30. De forma que puede adaptarse el coche a la carta , con kits de carrocería, tubos de escape de mayores dimensiones y colores coordinados en dos tonalidades. Un kit de carrocería que puede personalizarse aún más: chasis deportivo (más bajo en su altura al suelo) y llantas de aleación de 18 pulgadas. Se trata, en definitiva, de potenciar el carácter deportivo del C30 que, dicho sea de paso, ya lo muestra con suficiente autoridad, habida cuenta que Volvo ha escogido para su pequeño un par de guindas motorísticas: el turbodiesel D5 (180 CV), unido a un impecable cambio automático secuencial de 5 marchas Geartronic y el contundente T5 (220 CV) que puede combinarse, además de con el mencionado secuencial, con una caja manual de 6 velocidades capaz de exprimir todo lo que este cinco cilindros lleva dentro. Aún más, la opción de chasis Sport (rebajado en su altura al suelo y con unos tarados de suspensión más firmes) acaban por convertir al C30 en todo un carrerista que hará las delicias de quienes pretendan un pequeño purasangre . Y para quien tampoco pretenda tanto, el tetracilíndrico multiválvulas 1.6 litros (atmosférico) que rinde un centenar de caballos; se diría una versión bastante menos acorde con la filosofía del modelo aunque, ya saben... hay que dar gusto a todos. En suma, que Volvo nos propone un coqueto coupé cuyas marcadas líneas laterales personalizan un elegante diseño. Atrévanse...

Cargando contenidos...