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JAVIER GARCÍA | COORDINADOR DE CONVIVENCIA DEL INSTITUTO SÁNCHEZ ALBORNOZ JESÚS MARÍA SANCHEZ HERRERO | ASOCIACIÓN DE PADRES DANIEL GARCÍA | ESTUDIANTE

«Los educadores no podemos solos, pedimos la ayuda de la familia y de toda la sociedad» «Hay alumnos que no dejan seguir el ritmo»

NORBERTO

Publicado por
León

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|||| «Somos profesores, no especialistas en convivencia. Mi primera tarea será conocer cómo están las relaciones en mi centro y cuál es la percepción que tienen los profesores, alumnos y padres. Los educadores estamos asumiendo otros papeles diferentes que deberían ser de la familia, pero no nos negamos». Así ve Javier García Calzada la labor que empieza a diseñar para llevar a cabo las tareas de coordinación de convivencia en el Instituto de Educación Secundaria Sánchez Albornoz, donde imparte clases. García Calzada tiene claro que a los alumnos hay que exigirles poco: «Sin la colaboración de las familias poco podemos hacer. Solos no podemos. Es un problema social y, sobre todo, familiar». El cargo que ahora estrena intenta evitar que se llegue al recurso de la vía disciplinaria, decisión que toma el consejo escolar y el equipo directivo. «La Junta ha acertado con esta figura, porque creo que se resolverán muchos conflictos sin recurrir a la vía punitiva». García Calzada ha comenzado su trabajo con ilusión y muchos proyectos. Adiestrar a los alumnos en habilidades sociales para enfrentarse a los problemas sin necesidad de recurrir a la violencia física ni verbal requiere de unas técnicas de las que han tomado buena cuenta de la experiencia aportada por el Instituto Ramiro II de la Robla, que lleva seis años practicando la mediación entre sus alumnos. Pretende implantar en su instituto un equipo de mediación que adiestre a los alumnos en habilidades sociales y de comunicación y fomentar la comunicación entre el centro y las familias, «porque hay un cierto rechazo d elas familias a venir al centro». |||| «Siempre hay algún compañero que entorpece el ritmo de la clase y perjudica a los que intentan aprender». Este es el mayor inconveniente que Daniel García, estudiante de cuarto curso de ESO y miembro del Consejo Escolar del Instituto Padre Isla, deja caer tímidamente como uno de los mayores problemas de la convivencia diaria en las aulas. «Creo que acoso no hay, lo que pasa es que siempre hay alumnos que se meten con algún chaval y surge alguna pelea», dice. En estos casos, es el jefe de estudios el que toma cartas en el asunto. «Media entre los dos alumnos implicados y pide que hagan las paces. En los casos más graves, el profesor o la dirección imponen sanciones que consisten en trabajos comunitarios. Si la falta es muy grave, la dirección llama a los padres e incluso se puede expulsar al alumno algún día para casa».