Michelin, zapatos de invierno
Agua, frío, nieve, hielo¿ neumáticos de invierno. Michelin acaba de presentar una completa gama de «zapatos» invernales, una alternativa mucho más cómoda, y segura, a las tradicionales cadenas. «Alpin» y «Latitude Alpin», bien se trate de vehículos de tracción única o 4x4, es la denominación que Michelin reserva para sus nuevos neumáticos de invierno. Una época en la que las condiciones de tránsito rodado se degradan por el estado de las carreteras (lluvia, nieve, hielo¿) y por las bajas temperaturas. De hecho, la mayoría de conductores ignoran que, por debajo de los 7 grados centígrados la goma de los neumáticos convencionales se endurece y, en consecuencia, pierden gran parte de su capacidad de adherencia. Sólo un ejemplo: las distancias de frenado pueden llegar a multiplicarse por ocho, según el estado de la ruta. Esta panorámica distancia de frenado puede reducirse drásticamente con el montaje de neumáticos de invierno (6 metros en mojado a 80 Km/h. y 31 metros en nieve a 50 Km/h.) que, sin duda, se muestran infinitamente más eficaces y mucho menos engorrosos que las tradicionales cadenas (sólo pueden montarse en el eje motriz y suelen causar daños a la carrocería del vehículo y al asfalto de la carretera). Así, lo más aconsejable, si se va a circular habitualmente por zonas frías (el caso de León¿ sin ir más lejos) es disponer de un segundo juego de neumáticos de invierno (siempre las cuatro ruedas) bien montados en unas segundas llantas -si hay donde guardarlas en verano- o bien montar y desmontar al final del periodo invernal. Los neumáticos de invierno, especialmente diseñados para circular a baja temperatura, presentan un comportamiento claramente superior al de un neumático convencional con, eso también, una duración inferior a estos dada la menor dureza de la goma. Por eso conviene tener unas mínimas «consideraciones»: limpiarlos y secarlos al final de la campaña y almacenarlos en un lugar seco y protegido de la luz solar (algunos talleres ofrecen estos servicios). Es verdad que el coste de este tipo de neumáticos es entre un 10% y un 20% superior al de un neumático convencional, aunque un mínimo cuidado nos permitirá usarlos durante más de una temporada dependiendo, claro está, del kilometraje a realizar. En fin, que con los neumáticos de invierno puede pasar algo similar a lo que sucede una vez se ha probado una caja de cambios automática secuencial, quien los utiliza una vez¿ ya no querrá ni oír hablar de las cadenas. La legislación Habida cuenta la, todavía, escasa proliferación en nuestro país del uso de neumáticos de invierno (escasamente el 0,8% del total del mercado) es posible que algún usuario se haya encontrado con problemas ante la presencia de los agentes de la Guardia Civil de Tráfico (cadenas¿ o no se pasa). Conviene recordar que el artículo 292 del Código de Circulación es explícito: «La autoridad de Tráfico podrá ordenar la inmovilización inmediata de los vehículos desprovistos de cadenas o neumáticos especiales (neumáticos de invierno) en los casos en que sea obligatorio su uso». Así que, para evitar malos entendidos, los distribuidores de Michelin acompañan un certificado al efecto de informar de la idoneidad de los neumáticos invernales. Es decir, que los neumáticos de invierno equivalen legalmente a las cadenas (RD 2822/1998). Las diferencias Los neumáticos de invierno se distinguen de los convencionales por: El dibujo de la banda de rodadura, más recortado y profundo, para una mejor evacuación del agua y una mayor motricidad en condiciones difíciles. Laminillas en los tacos, para una óptima adherencia sobre pisos nevados (incluso «nieve sopa»), helados o mojados. Las laminillas «muerden» la nieve hasta contactar con el asfalto adherente. Compuesto de goma más blando y flexible, cargado en sílice, que no se endurece por debajo de los 7 grados centígrados.