El vicio de fumar divide a Alemania
El disenso interregional provoca que Baviera restrinja al máximo el humo y Turingia sea singularmente permisiva
A lemania, país cuyos ciudadanos veneran y respetan como pocos las normas, ha tropezado con su sombra, acusando incapacidad para ponerse de acuerdo para legislar sobre el consumo de tabaco. Esta nación, pionera en Europa a la hora de crear espacios para fumadores y no fumadores, hace tiempo que se ha quedado en el vagón de cola en lo que respecta a la protección de los no fumadores. Alemania tolera el humo, al contrario que Irlanda, Italia y, desde no hace mucho, España, países estos que han aprobado estrictas normas antitabaco. El nuevo Gobierno, formado por conservadores y socialdemócratas, quiso hacer los deberes pendientes con comisión parlamentaria dedicada a trabajar durante meses para consensuar una normativa más restrictiva. El éxito ha sido escaso. La semana pasada la canciller Ángela Merkel aparecía contrita ante los medios, en Berlín: los 16 estados federados de la República Federal Alemana aceptan un principio sobre la necesidad de proteger a los no fumadores, pero no se ponen de acuerdo en cómo hacerlo. Discrepancias por doquier La ministra de Sanidad, Ulla Schmidt, y el resto del Ejecutivo federal defienden una legislación más estricta con el humo a imagen de sus vecinos europeos, pero los Gobiernos regionales posponen la decisión. Así, el Ejecutivo regional del feudo de la cerveza (Baviera), se inclina por la absoluta prohibición de fumar en restaurantes, mientras que en Turingia o en la Baja Sajonia abogan por dejar que decidan los propietarios de los locales en cuestión. Como resultado de esas discrepancias, el Ejecutivo de Ángela Merkel permanece atado de manos, incapaz de presentar una normativa antitabaco hasta que los Gobiernos regionales no presenten una solución «que evite una fórmula cargada de retazos», como dijo el primer ministro de Renania del Norte-Westfalia, Christian Wulff. Es decir, se trataría de que «la protección de los no fumadores no haga un alto en las fronteras internas», como ha dicho la titular de Sanidad, a fin de evitar que en los restaurantes de Bonn no se fume y en los de Bremen, en cambio, el asunto dependa del dueño. Uno de los principales responsables de este desbarajuste interregional es la reforma del estatus federal alemán que aprobó el Gobierno de Merkel al llegar al poder hace un año. Este nuevo reparto de competencias entre los Gobiernos central y de los Länder concede a los municipios mayores responsabilidades. Así, el Ejecutivo federal puede imponer la prohibición de fumar en sus propios edificios (los ministerios, por ejemplo), pero lo que se haga en hospitales, colegios o jardines de infancia es cosa de los Gobiernos de los estados federados. La gran coalición que gobierna Alemania pactó un proyecto de ley más restrictivo con el tabaco el pasado 1 de diciembre, vetando el humo en restaurantes, edificios y transportes públicos, pero exonerando a cafeterías, bares, clubes nocturnos y cervecerías. Tras varias décadas de debate y gracias a que gobiernan en coalición los dos partidos mayoritarios -conservadores y socialdemócratas- se pactó una solución de compromiso. Pero pocos días después la fórmula fue dinamitada a causa de las reticencias regionales, lo que motivó una reunión de representantes de los 16 Gobiernos federados para superar el impasse . Motivo por el que el gabinete de Merkel dio marcha atrás y limitó su proyecto a dos noes: no al humo en los edificios públicos de la Administración central, y no a la venta de tabaco a menores de 18 años (hasta ahora era legal a partir de los 16). Fumar en los restaurantes será competencia regional en tanto los Gobiernos no consensúen una solución, algo que se proponen hacer antes del próximo mes de marzo. Pero no parece fácil, a la vista de las disensiones existentes. El mandatario de Turingia, Dieter Althaus, demanda a sus colegas que pongan punto final a los «eternos debates» y de una vez por todas se proteja a los no fumadores, mientras que el presidente del Sarre, Peter Müller, estima que el mundo no se hundirá porque haya diferencias al respecto entre unas y otras regiones. Las asociaciones de lucha contra el cáncer exigen protección integral para los no fumadores, pero este objetivo sobrepasa las competencias del Gobierno federal. El humo en la república bananera : así tituló el semanario Der Spiegel un texto en el que desgrana los argumentos de unos y de otros. A todo esto, ¿sabe usted dónde podrá fumar y dónde no cuando recale en Alemania? De momento, para los turistas y visitantes esa cuestión resultará tan complicada de entender como las máquinas que expenden billetes de metro, artilugios cuyo funcionamiento es harto farragoso.