Cerrar

¿A QUIÉNES INFLUYEN MÁS LAS BEBIDAS? LA OPINIÓN EL EXPERTO | DÁMASO DÍAZ OTERO

El decálogo de los efectos del alcohol Tasa 0,0 «No existen trucos para no dar positivo»

Publicado por
PEDRO PASTOR jefe de tráfico
León

Creado:

Actualizado:

|||| Existen diez factores que influyen en la concentración alcohólica en la sangre. 1 La complexión. Lo que importa es la masa muscular, no la grasa, que no metaboliza el alcohol. 2 El género. Las mujeres lo toleran peor que los hombres, pues su anatomía es más grasa y menos muscular. Además, ellas producen menos la encima alcoholdeshidrogenasa. 3 La etnia. A los orientales les ocurre lo que a las mujeres, que producen menos la encima alcoholdeshidrogenasa. Los que más la producen son los españoles, griegos, franceses e italianos. 4 El momento de la ingestión. Si se consume en ayunas, el alcohol se metaboliza rápidamente y de forma concentrada. 5 El hábito. Los que beben a menudo, toleran mayores cantidades. Pero la tolerancia desciende si se cae en el alcoholismo. 6 La salud. Una persona enferma lo tolera peor. Y si padece del hígado o del riñón, todavía será menor la tolerancia. 7 El consumo de medicamentos. Los antidepresivos, barbitúricos o ansiolíticos harán un efecto sumativo. 8 Las drogas. También harán un efecto sumativo. 9 El tipo de comida que acompañe al alcohol. Los guisos producirán una mayor tolerancia que los alimentos cocinados a la plancha. 10 La concentración de alcohol en la bebida. Siempre será mejor tomarse cinco cervezas que dos copas de vino. |||| El volante no conoce de fiestas navideñas. No es tolerante con la alegría de las reuniones de compañeros, de amigos y familiares en las que la buena mesa se acompaña de buena bebida. El consumo de alcohol, aun en pequeñas cantidades, reduce nuestros reflejos, nuestra capacidad de respuesta ante situaciones de riesgo y nos incita a una conducción más arriesgada, generando un cóctel explosivo en contra de nuestra seguridad y de la de los que nos rodean. Frases como «yo sé hasta donde puedo beber sin problemas» o «con lo que he comido, se absorbe todo», son la antesala del accidente. Disfrutar de estas celebraciones, comer y beber con prudencia, no está reñido con el sentido común; está reñido con la conducción. Utilicemos cualquier transporte que no nos obligue a conducir al regresar, ni regresar con un conductor que haya bebido. Divirtámonos sin que nuestra vuelta a casa se convierta en una cifra más en las estadísticas. Un consejo de amigo: si vas a conducir, ni una copa. Tasa 0,0. 1397124194 |||| Dámaso Díaz Otero es el único médico gallego que pertenece a la Fundación para la investigación para el vino y la nutrición, por lo que sobra decir las virtudes que el doctor encuentra en el fruto de la vid. Eso sí, «siempre con moderación». Este doctor aplaude y aprueba una doctrina pronunciada por Dioscórides en el siglo primero. Decía así: «El vino blanco es sutil, se distribuye fácilmente y es amigo del estómago. El tinto es grueso y difícil de digerir, además de emborrachar más fácil. Y el clarete tiene la facultad mediocre entre ambos. Por tanto, para sanos como para enfermos, se debe preferir el blanco». Vinos aparte, Dámaso Díaz avisa a todos aquellos que utilizan mil y un trucos para engañar al alcoholímetro que ninguno sirve de nada. Por ejemplo el de los antiácidos. Cumplir, cumplen muy bien con su cometido, pero no hacen absolutamente nada para disminuir el alcohol en la sangre. Es más, en su composición hay unos hidróxidos que mezclados con el alcohol forman una bomba. Otras de las picarescas consisten en lavarse los dientes o utilizar líquidos enjuagadores de menta. No sólo no la disminuyen, sino que al llevar una parte de alcohol impregnan la boca y elevan en un principio la tasa real. Hay que hablar también del famoso grano de café debajo de la lengua. Nada de nada. Y lo mismo se puede decir del café con sal; como todo café, estimula las funciones nerviosas pero en absoluto acelera la reducción del alcohol en la sangre, y con la sal lo único que hace es empobrecer el café. Si al buscar truquitos no aparecen «es simplemente porque no los hay». Es más, está probado que la responsabilidad de eliminar el alcohol corresponde en un 90 o 98% al hígado y el ritmo de su destrucción es de 6-7 gramos a la hora.