Un restaurante con mucho encanto al lado de la Catedral

Empezaremos por el final, por el postre. En el Hotel Infantas de León su carta de dulcería ha sido creada por el maestro pastelero Francisco Torreblanca, que se hiciera famoso por ser el encargado de los dulces en la boda de los Príncipes de Asturias, y que ha sido el único ganador español del premio al Mejor Maestro Artesano de Europa. Unos postres que son auténticas joyas, como el Flan de castañas asadas, el Soufflé de chocolate con helado de naranja amarga, la Crema de queso al hojaldre con chocolate caliente o el Tiramisú con mucho mascarpone. La nota predominante en el hotel Infantas de León es la juventud, desde la directora, Laura Santamaría, al personal de recepción, todo el mundo aquí es joven y está dispuesto a poner en valor unas espléndidas instalaciones, entre las que destaca por derecho propio su espectacular comedor, donde reinan los platos que crea el jefe de cocina, Germán Gómez y el buen hacer de un estupendo plantel de camareros dirigido por Nuria García Leite, maître del lugar. Germán Gómez es un joven cocinero navarro que ha estudiado en la Escuela de Hotelería de Santurce, y que ha terminado de redondear su formación en la profesión trabajando en tres restaurantes franceses y en uno andorrano. Durante tres años fue segundo en la cocina del Hotel Ciudad de Burgos y llegó a León para llevar la del Hotel Cortes de León. En cuanto a la carta que ahora presenta en este joven hotel explica: «Intentamos hacer una comida de temporada, con los productos de cada tiempo, y siempre desde una perspectiva tradicional. Cambiamos la carta cada tres meses, en enero presentaremos la tercera, que conservará los que podríamos denominar platos estrella, los que la gente que nos visita habitualmente demanda, pero en la que incluiremos muchas interesantes novedades». La carta del Infantas de León es corta pero intensa, como corresponde a los nuevos parámetros de la restauración. En entrantes destacaremos su genial Ensalada de foie con boletus y reducción de vinagre de Módena, las Setas con almejas y langostinos, las Cocochas de bacalao al pil-pil y la pasta fresca rellena de boletus. Naturalmente todos los platos en los que aparecen los hongos desparecerán en la próxima edición de su carta. En pescados se lleva los mayores honores su Soufflé de lenguado relleno de mariscos con queso de cabra, crema de cigalas y espárragos trigueros. Un plato espectacular, al que personalmente cambiaría el queso de cabra por otro menos fuerte, ya que el sabor y los aromas de este queso termina por enmascarar a todo lo demás, pero para gustos se hicieron los sabores. Buenísimo el Bacalao con manitas de cerdo y correcta la Merluza en salsa verde con vieira. En carnes les recomendamos el increíble Lomo de venado a la frambuesa, un plato en el que el cocinero se muestra como estupendo artista plástico en la presentación y que en cuanto a sabores es un auténtico recital. Muy tradicional y sabroso el Rabo de ternera estofado con setas. Acertado el Entrecotte a las Infantas y riquísimas las Chuletillas de Lechal con escalibada y setas de temporada. Como de los postres ya les hemos hablado, pasamos a la bodega. No estamos de acuerdo con algunos de los caldos seleccionados, como es el caso, por ejemplo, de los rosados, pero en general es correcta y suponemos que irá aumentando con el tiempo. En cuanto a precios, muy bien. Su vino más caro el Flor de Pingus, cien euros, y el más barato el Rey Ordoño de seis. Para completar la información les diremos que tienen un menú diario de 15 euros, sábados y domingos, 17. Y que, además del gran comedor de la planta baja donde se pueden dar grandes banquetes, también tienen otros más pequeños para comidas de empresa y otros actos sociales que no requieran la presencia de muchos comensales y precisen de un ambiente discreto.